04.03.25 – Barcelona – Sasha Volkoff
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Qué cosa más curiosa, que este tipo Zelenski se haya convertido en el adalid de los oprimidos del mundo, en el rebelde que le hace frente (durante unos minutos) a los matones de la época. El otro día hubo una discusión delante de las cámaras entre Zelenski, Trump y JD (para los amigos Jota De) en la mismísima Casa Blanca. Según los medios hegemónicos occidentales, se trató de una encerrona de Trump a Zelenski para humillarlo delante de todo el mundo. Como Zelenski le contestó, se ha convertido en el icono rebelde frente a los poderosos, el David frente a los Goliat Trump y Putin (que no estaba en la reunión, pero sí su espíritu).
Unos minutos después de que lo echaran de la Casa Blanca, Zelenski empezó a enviar mensajes conciliadores, porque claro, una cosa es contestar en un calentón y otra es romper relaciones con el hermano mayor. Total, que después de tres años de jalear a todo el mundo pidiendo armas y más armas para seguir mandando a matar y morir a los soldados ucranianos, a Zelenski se le ha cortado el grifo del principal proveedor y tiene que aceptar sus condiciones, al menos en parte.
No me parece a mí que Zelenski sea un tipo que se rebela ante los poderosos, más bien lo contrario. Ganó las elecciones de 2019 prometiendo desescalar el conflicto con Rusia, y acabó haciendo lo contrario por las presiones recibidas (de los yanquis principalmente). Tuvo la oportunidad de frenar la guerra un mes después de iniciada la invasión de Rusia, y no lo hizo, nuevamente cediendo a las presiones del amigo americano y sus siervos europeos. Si ahora se ha rebelado (un poquito) es porque realmente lo que le propone Trump es humillante a más no poder, y no podía limitarse a asentir con la cabeza. Además, tal vez cuenta (ingenuamente) con el apoyo de los europeos, que con el supercomandante Macron a la cabeza dicen que van a plantar cara a los americanos (por favor, contener las risas).
De Trump ya dije lo que pensaba y también de Putin, así que no voy a repetirme. Lo de Ucrania ha sido la crónica de una tragedia anunciada, en que los oligarcas de uno y otro lado (o sea de Occidente y Rusia, con los de Ucrania en el medio) se pelean por los recursos, enviando a morir a sus jóvenes. Ahora, por fin, se vislumbra un final para esta masacre sin sentido (¿alguna masacre ha tenido sentido alguna vez?). Nos caigan mejor o peor el matón americano o el ruso, es bueno para todos que firmen la paz de una vez. La garantía de seguridad que pide (razonablemente) Ucrania es la que los EEUU le pueden dar a Rusia de impedir la expansión de la OTAN. De hecho, tan rara está la cosa que hasta se están planteando salir de la OTAN (que es más o menos lo mismo que disolverla, lo que sería otra gran noticia para el mundo).
Las garantías de seguridad que quiere Europa se deben gestionar “con” Rusia y no “contra” ella. Por muy mal que me caiga Putin, no tiene la aspiración expansionista que le atribuyen, como tampoco la tienen los chinos. Si alguien quiere una explicación fundamentada de tamaña afirmación, me remito a este reciente artículo, entre muchos otros. Así que, por una vez (y ojalá sea la primera de muchas), celebremos una buena noticia como el fin de la guerra en Ucrania.