Con la llegada del buen tiempo y los días más largos y calurosos, mucha gente empieza a planificar reformas en casa. Esto hay que hacerlo con mucho cuidado y, sobre todo, estableciendo prioridades a la hora de concebir los trabajos y destinar un presupuesto coherente con los resultados que se desean lograr.
Estos son los puntos más importantes a la hora de hacer una reforma:
1.- ¿Qué objetivos se desean cumplir?
Cuando alguien se plantea obras en casa estas se requieren por uno o varios motivos. Antes de pedir un presupuesto de reforma integral de vivienda en Valencia se debe tener claro las metas que se buscan alcanzar con los trabajos.
Una vez establecido esto, se puede hacer una búsqueda detallada de empresas para solicitar presupuesto. Pero, las metas de las obras hay que tenerlas claras. Esto quiere decir que hay que responder estas preguntas:
- ¿Para qué se quiere hacer la reforma?
- ¿Qué se quiere lograr con las obras?
- ¿Se necesita ampliar la casa?
- ¿Se trata de modernizar el baño y/o la cocina?
- ¿Es posible hacerla toda de una vez o por partes?
2.- La empresa: certificaciones, experiencia y presupuestos
Una vez claros los objetivos de la reforma hay que encontrar una empresa que sepa de los trabajos en cuestión, tal como puede ser Estudio Dosierra, que es experta en reformas, construcción y proyectos de arquitectura. Su sede está en Valencia y es especialista en reformas de viviendas de todo tipo, tanto parciales como generales y de diseño.
Este tipo de empresas son expertas en reformas de baños y cocinas, pero también en edificios y casas y las hay con experiencia en todo tipo de espacios que van desde hogares hasta naves industriales.
La primera reunión con los expertos en reformas es para explicar lo que se desea. En función de esto, la empresa tendrá que presentar un proyecto con un presupuesto. En este punto hay que ser acucioso.
La mejor compañía de reformas no es aquella que ofrezca un menor precio, sino la que dé un presupuesto detallado con materiales, cantidades y usos. Se trata de algo importante porque hay que evaluar la calidad de todo.
Otra consideración relevante es que los diversos materiales varían en cuanto a costes. Esto quiere decir que si se necesitan 20 metros cuadrados de revestimiento para baños o cocinas, el mejor presupuesto no será el más barato, sino el que proporcione mejor calidad/precio por metro cuadrado.
Asimismo, la compañía encargada de los trabajos debe tener experiencia comprobada. En este sentido, las páginas web de estas empresas suelen tener un catálogo de trabajos realizados con fotos, descripción de los proyectos y detalles de cada obra.
3.- Tiempo de realización, imprevistos y otros detalles
Cuando se trata de obras siempre se sabe cuándo se empieza, pero, a veces, la entrega de la misma no es tan exacta. No se trata de que la empresa no cumpla o que los trabajos no estén claros.
Al planificar una reforma, la empresa suele dar por escrito un contrato con la fecha de entrega. Por lo general, los mismos ingenieros y albañiles contemplan un plazo para imprevistos. Es muy posible que de no suceder nada, los trabajos culminen en la fecha prevista o antes.
Pero, si al tumbar una pared, revisar una tubería o una instalación eléctrica surge algo, hay que tener más tiempo para resolver los contratiempos. De igual manera esto puede acarrear un gasto adicional al presupuesto que será explicado por los expertos.
En líneas generales, una buena empresa de reformas contempla todo esto con anterioridad y lo conversa con sus clientes. Muchas, incluso, destinan entre un 10 y un 20% a posibles infortunios.
4.- Tomar las cosas con calma
Por muy planificados que sean los trabajos, las reformas pueden ser un dolor de cabeza. Ruidos, polvo, desorden y extraños recorriendo día a día por la casa de arriba abajo puede estropear cualquier rutina.
Obviamente, todo va depender del tipo de reforma y su envergadura. Si se trata de trabajos muy grandes que comprometen la cocina y el baño de la casa, lo aconsejable es mudarse a otro lugar mientras duren las obras.
Si esto no es posible, lo mejor es hacer las reformas por etapas para alterar lo menos posible el ritmo de vida de la familia. En cualquier caso, lo mejor es tomarse las cosas con calma y prepararse para unos días de desorden y polvo porque, al final, los resultados bien merecen la pena.