El primer mes del último año en el Poder, lleva al Frente de Todos a intensificar su interna. En medio de la crisis económica los ánimos se caldean en este 2023 que empezará a tener elecciones en una larga lista de provincias que se separaron de los comicios nacionales, como La Pampa, para llegar hacia agosto y octubre, al parecer en un clima de fuerte beligerancia.
El sector alineado detrás de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, apuntó sus cañones, nuevamente contra Alberto Fernández. Fue a través de su alfil en el Gabinete y en el ministerio del Interior -que funciona en Casa Rosada- Eduardo «Wado» de Pedro. El hombre de Mercedes acusó al mandatario en «off» de tener «falta de códigos». Declaraciones que surgieron por no ser invitado a un encuentro con Luiz Inácio Lula da Silva, y organismos de Derechos Humanos en Balcarce 50.
La primera en abrir en hablar fue la ex diputada y actual ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, quien le planteó al titular de Interior la posibilidad de aclarar la información que circula.
«Es buen momento para que el ministro De Pedro pueda aclarar si esto ocurrió o no porque ponen en boca de él alguna situación como falta de códigos. Si hay falta de códigos en todo caso es en referencia de quiénes son parte de un Gobierno y critican al Gobierno», manifestó Tolosa Paz desde la ciudad de Mar del Plata, declaraciones que generaron una rápida respuesta por parte del kirchnerismo.
En esa misma línea, el diputado Máximo Kirchner volvió al ruedo, y brindó apoyo a su compañero de La Cámpora: «Me extraña mucho del compañero Presidente, que ahora esté tan cerrado a la voz de otro compañero que aparte se rompió el lomo para que sea presidente». Para algunos, detrás de los cuestionamientos se esconde la pelea por el armado electoral del peronismo rumbo a ñas elecciones. Sin embargo, tanto Fernández como de Pedro saben que las posibilidades de reelección del actual titular del Ejecutivo con nulas. El problema objetivo parece surgir de la intentona por invisibilizar en la gestión a uno de los principales laderos de la senadora Kirchner.
Otro que salió al cruce del ministro de Pedro fue el mandamás de la cartera de Seguridad, Aníbal Fernández, que planteó que Alberto Fernández no debe dar explicaciones y aseguró que los cuestionamientos del camporista tienen «valor político cero».
«¿Desde cuándo el Presidente le tiene que dar explicaciones?», sentenció para agregar: «Me molesta que aparezca a ponerle los puntos al Presidente. ¿No está de acuerdo? Muchas gracias, mi amigo. Aunque él debería darle las gracias al Presidente».
El denominado y cada vez pequeño «albertismo» da muestras de querer ir por otro mandato. Po eso se mueve protagonizando actividades en el interior del país, recorriendo intendencias del Conurbano bonaerense y forzando una proyección regional e internacional que en verdad no preocupa a sus, cada vez más abultados, detractores. pese a su mala imagen, su entorno lo respalda: «Es lógico que un Presidente que hizo las cosas bien quiera ir por otro mandato», remarcan desde las usinas comunicacionales de Casa de Gobierno, único bastión de los denominados, albertistas.
Algunos funcionarios de mesa chica argumentan que la imagen de la gestión del mandatario repuntó, y que pasó de mala a regular, y de regular a buena en los últimos meses. Algo que se contradice con encuestas, consultas, pero en especial con los que se traduce en la calle, donde los niveles de inflación no ceden.
Las intenciones de Fernández de presentarse por otro período, así como los tres años de su administración, caen muy mal en la fuerza que conduce la Vicepresidenta, que pretende reacomodar el tablero tras la decisión anunciada por por ella misma de no jugar en ninguna boleta.
Por su parte, el hijo de la ex presidenta y legislador nacional, Máximo Kirchner volvió de sus vacaciones y se refirió a la relación entre el presidente Fernández y su Vice, y aseguró que Cristina «nunca lo maltrató», sino que lo tuvo «entre algodones». También denunció un intento de proscripción por parte del Poder Judicial y contó cómo vivió el intento de atentado contra su madre.
«Después de la pandemia Cristina empezó a marcar algunas cosas en el terreno de lo económico y el Presidente lo tomó mal. Yo que he estado siempre ahí te puedo decir que Cristina nunca lo maltrató a Alberto, nunca en mi vida. Lo trató entre algodones», aseveró a un medio oficialista.
A su vez, señaló que la ex mandataria «es firme en las discusiones», y en esa misma lógica, culpó al Gobierno de Fernández de «instalar versiones» sobre la tensión entre ambas partes, enfatizando que ahora «todos ponen cara de distraídos».
«Me costó mucho trabajar ese vínculo, estar, y lo hice entre otras razones porque quiero que las cosas salgan bien. Pero aparecen personajes menores, sin ningún tipo de discusión política, formación ni humildad, y ahí la cosa se empieza a empiojar a pesar de lo que trabajamos para que no sucediera», dijo en referencia a la relación que mantiene con el Presidente.
Asimismo, amplió que «había que cuidar el instrumento que se había creado para presentarse a elecciones y llevar adelante el gobierno, no puede ser que lo más importante sea qué tal quedás ante el público y qué se dice».
El hijo del ex presidente, Néstor Kirchner, insistió en la creación de una mesa política – reclamo que encabeza junto al ministro de Economía, Sergio Massa- para tomar las principales definiciones del Frente de Todos, entre ellas renegociar las consecuencias de la guerra, y pidió crear un ámbito que incluya a la oposición. «Si quieren gobernar la Argentina, un mínimo acuerdo tiene que haber», remarcó.
En referencia a los futuros vencimientos de deuda respecto al acuerdo firmado por el jefe de Hacienda, Martín Guzmán con el FMI (avalado por Fernández), sostuvo: «Se nos van a venir encima el 2024, el 2025, el 2026 y la exigencia de todos esos vencimientos, mientras deberíamos estar preparando a nuestros pibes y pibas para el uso de herramientas tecnológicas en un mundo que va a generar cada vez menos trabajo tradicional».
En este contexto, el ministro Massa relanzará el programa «Precios Justos», ya que la suba del dólar paralelo sostiene su tendencia alcista y produce remarcaciones que amenazan su intento de bajar la inflación a un 3 por ciento en abril. Cada punto que se agrega al Índice de Precios al Consumidor licúa la capacidad adquisitiva de todos los niveles sociales de la Argentina, y eso, en un año electoral es una situación compleja, tanto para a quienes les queda 11 meses de gobierno, como para los que lleguen a la Rosada el 10 de diciembre de 2023.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino.
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