- El presidente del Gobierno anuncia que impulsará en enero la quita de deuda autonómica y pide a las comunidades que “reprogramen” una parte de los fondos europeos para la dana
- Los dirigentes autonómicos le afean las “carpetas vacías” y se emplazan a estudiar las propuestas: “Si realmente quiere acuerdos debe actuar de otra manera”
La XXVII Conferencia de Presidentes concluyó este viernes cumpliendo con las bajas expectativas que tenían sus propios participantes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los mandatarios autonómicos cerraron la primera cumbre en casi tres años sin ningún acuerdo en materia de financiación autonómica, inmigración, vivienda y sanidad. Y, aunque sí hubo un diálogo distendido, se produjo algún que otro rifirrafe.
La cita empezó con una foto de unidad con el rey Felipe VI que se descafeinó a medida que avanzaba la mañana. En la declaración institucional, la presidenta de Cantabria y anfitriona del cónclave, María José Sáenz de Buruaga, sacó a relucir sus diferencias con Sánchez a cuenta de la financiación singular de Cataluña. Y sus compañeros de partido ahondaron en ellas durante todo un encuentro que arrancó con cuatro propuestas y un anuncio que no conocían previamente.
Precisamente por ese inexistente intercambio de información previo fueron incapaces de cerrar ni un solo acuerdo. No pudieron siquiera consensuar un documento sobre la propuesta para “reprogramar” parte de los fondos europeos y ayudar a los municipios devastados por la dana. Muchos de los presidentes apoyaron la idea, pero no pudieron dar su palabra hasta recabar estudios técnicos sobre el alcance de la medida y conocer su “letra pequeña”.
Tampoco con los 223 millones de euros que Sánchez prometió transferirles para implementar soluciones sanitarias basadas en inteligencia artificial. Los presidentes autonómicos desconocían qué cuantías se llevarán sus respectivos territorios, cómo y con qué requisitos, y se emplazan ahora a estudiar la oferta para decidir si la aceptan o no.
“Si realmente se quieren acuerdos hay que actuar de otra manera”, verbalizó el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ante Sánchez. “No ha habido información ni negociación previa. Lo único que nos hemos encontrado son estas carpetas con folios en blanco. Es la primera vez que voy a una reunión institucional donde lo único que hay dentro son folios en blanco. En fin, una mera puesta en escena”, explicitó el andaluz Juanma Moreno.
INTERVENCIONES DE 10 MINUTOS
La cita tuvo lugar en el centenario Palacio de La Magdalena, uno de los edificios más emblemáticos y representativos de la capital cántabra. Rodeados casi en su totalidad por el mar Cantábrico, los presidentes autonómicos empezaron a despachar con intervenciones que debían ceñirse a los 10 minutos tasados por Sánchez.
El presidente del Gobierno fue flexible con los dirigentes de Cataluña y País Vasco, Salvador Illa e Imanol Pradales, respectivamente. Y también con la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la única que se ausentó en la ronda de contactos con los presidentes autonómicos. A pesar de su enemistad política y personal, ambos cumplieron con el protocolo institucional y se dieron la mano en la entrada del palacio.
No obstante, sí fue más beligerante con el resto de autoridades. Según las fuentes consultadas por Servimedia, al primero que llamó la atención fue al de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que se extendió unos 15 minutos tras exponer la situación de su territorio tras la dana. Con el de Aragón, Jorge Azcón, hizo un amago. “Ya acabo, presidente”, le contestó antes de que pudiera encender el micrófono. Y con el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se llevó de respuesta un reproche. “Ya lo sé, presidente, pero si prorrateo los temas por los tres años que lleva esta Conferencia sin convocarse…”.
El choque “más desagradable” fue con el vicepresidente de Melilla, Miguel Marín, quien acudió como “presidente accidental” en sustitución de Juan José Imbroda, ausente por motivos personales. Cuando apenas había superado el límite de tiempo por 20 segundos, Sánchez le apremió a finalizar de forma inmediata. Marín le pidió el mismo trato y el presidente del Gobierno contestó. “Usted ni siquiera es presidente”. Finalmente, intervino dos minutos más.
Sus compañeros de partido le respaldaron y en privado afirmaron que la actitud de Sánchez con los tiempos fue “vergonzosa”. “Siete horas de coche para exponer en diez minutos los problemas de Extremadura”, explicitó la extremeña María Guardiola en sus redes sociales.
FINANCIACIÓN AUTONÓMICA
Todos los presidentes del PP –la mayoría debutantes en una Conferencia de Presidentes– reconocieron su decepción con el desarrollo de la cumbre, mientras que el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, habló de “éxito”. Más allá de los escasos resultados pactaron convocar una nueva en Barcelona con la posibilidad de que se produzca en el primer semestre de 2025.
Para entonces, el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) ya se habrá reunido para impulsar la quita de deuda autonómica, una cita que Sánchez anunció para enero. El PP ha tachado esta medida de “parche” y “caramelo envenenado”, en palabras del murciano Fernando López Miras, y han exigido a Sánchez que “en el plazo de un año” presente una propuesta para reformar el sistema de financiación autonómica, renuncie a la negociación bilateral y dé marcha atrás con la financiación singular de Cataluña.
Por su parte, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, avisó a los barones del PP que no aceptará “lecciones de solidaridad de quienes practican la insolidaridad fiscal” con sus rebajas de impuestos al tiempo que les echó en cara sus “afirmaciones falsas y desde el desconocimiento” sobre la realidad de Cataluña.
La más beligerante fue la madrileña Isabel Díaz Ayuso, que limitó la condonación de deuda a la Comunidad Valenciana por la dana y retó a Sánchez a presentarse a unas elecciones proponiendo un Estado federal. “Que se presente con el mensaje de ‘queremos cambiar el modelo y vamos a ser la República Federal y Cataluña va a ser una nación con caja propia y con los funcionarios propios y con Hacienda propia’. Bueno, pues lo llevamos todos a unas elecciones y que los españoles decidan”, dijo ante el presidente del Gobierno.
INMIGRACIÓN, VIVIENDA Y SANIDAD
En inmigración, Gobierno y PP volvieron a chocar a cuenta de la política migratoria. Pero, mientras se recrudece el bloqueo, los presidentes de Canarias y País Vasco, Fernando Clavijo e Imanol Pradales, elevaron una propuesta para establecer un modelo de reparto de los menores extranjeros no acompañados basado en cinco “indicadores”: la población total, la media de menores acogidos por 100.000 habitantes los últimos seis meses, el PIB per cápita, el desempleo, y la “solidaridad” en términos de menores acogidos los últimos cinco años.
En lo que respecta a vivienda, Sánchez se comprometió a “blindar de forma permanente e irreversible” la vivienda pública y aprobar una reforma de la Ley del Suelo. Los presidentes del PP contraatacaron y le reclamaron más suelo para construir vivienda y rebajas fiscales, entre ellas, una reducción del IVA de la adquisición del primer hogar del 10% actual al 4%.
Por último, en materia sanitaria y al margen de los 223 millones, Sánchez anunció que el Gobierno “consolidará y aumentará” la financiación de nuevas plazas universitarias para profesiones, “siempre y cuando exista un compromiso firme de las comunidades para contribuir de forma sostenida a su cofinanciación”. El PP reclamó al menos 1.000 plazas MIR más al año.
La Conferencia de Presidentes concluyó así sin acuerdo y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hizo eco desde Madrid a la vez que PSOE y Junts se reunían en Suiza. “Se dedica más tiempo y más esfuerzos a preparar las reuniones en Waterloo que ésta. Sánchez ni quiere ni puede impulsar pactos de Estado”, escribió en sus redes sociales.
(SERVIMEDIA)
