Cuando voy al cine nunca compro palomitas. No porque no me gusten, si no por el precio abusivo con que nos las cobran. Este verano, mi hermana y las niñas veranearon acá y las lleve a ver “Barbie”. Como yo invitaba, mi hermana dijo “pues yo compro las palomitas”. No puede ser que le costaran más a ella esos millos explotados que a mí las entradas. No es de recibo y me indigno. Yo, como director de cine, me enrabieto en pensar en todas las personas que han trabajado en la película y que van a cobrar menos que alguien que vende granos de maíz. Esto dicho con todo el respeto a los productores de maíz, por supuesto. A mí me gustan más los nachos mexicanos que algunas de las películas que veo.
El Instituto Vasco de Consumo ha multado a las salas Yelmo a una sanción de 30.001 euros por la prohibición del consumo de comida en sus sales de productos que no se hayan comprado en la propia sala de cine. Y ahí la tenemos. A un matrimonio con dos hijos se le hace un mundo pagar las entradas para ir al cine. Ya, si les compras palomitas a los críos hace que solo puedas ir una vez cada dos meses. Y eso, si tienes nómina fija. Esto no incentiva la asistencia a ver las películas en la gran pantalla, cosa que; como todos saben va de mal en peor después de la pandemia y tras la irrupción de las grandes plataformas estrenando las películas en streaming.
Como la cadena distribuidora ha presentado un recurso a la sanción, no tiene carácter firme. Pero eso no impide, tan de moda que está ahora, a que yo inicie mi juicio mediático paralelo para protestar. Y es que, como dicta la sentencia, al prohibir entrar comida de fuera y obligar a consumir la de la sala de cine, están incumpliendo las funciones de los permisos. Lo que quieren decir con la sanción es, que una sala tiene permiso para exhibición de películas, pero no permisos para ejercer de restaurante. Que, a un kilo de millos que en el mercado constaría 10 euros; le sacan un rendimiento, por lo menos, de 120 es una realidad cuantificable. Y el que los quiera pagar, que los pague. Yo no. Never in the life.
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