Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa viajó con otra numerosa comitiva al Caribe dominicano para reunirse con la subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Wendy Sherman, y el subsecretario adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental, Ricardo Zúñiga, el peso argentino siguió devaluándose sin freno. El dólar informal, que es el que se toma como referencia para la economía en general, cerró este miércoles a 398 pesos, incrementándose $7 en tres días.
El Gobierno entiende que realiza una devaluación controlada soltándole el valor a la moneda estadounidense oficial al ritmo de una inflación imparable. En la misma jornada se lo dejó llegar a los 221,03. Esto ocurre en el contexto de una cifra de Indice de Precios al Consumidor que en febrero llegó a los tres dígitos: 102,5%. Un acumulado que va a subir en este mes de abril cuando se conozca que en marzo la Inflación promedio será del 7%, algo que acrecienta los guarismo de la pobreza, que según el último semestre del año pasado (datos que ya son viejos) alcanzó a 18,6 millones de personas, con casi cinco de ellas en la absoluta indigencia.
El jefe de Hacienda partió de las maravillosas costas de la República Dominicana para aterrizar en Washington, con el fin de participar de las reuniones de la primavera boreal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Allí se reencontrará con la titular del organismo multilateral, Kristalina Georgieva, y sostendrá cónclaves con otros funcionarios norteamericanos, además de sus pares del G20.
Con ese marco, el guarismo inflacionario que publicó la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba, fue de 7,99%. Ese dígito que se redondea en un 8 por ciento es el más alto de los últimos 21 años; desde marzo del 2002.
Después de los experimentos de Precios Cuidados y luego «Justos», que han fracasado, no hay una medida concreta que pueda detener el aumento de los productos de todos los rubros de la economía, especialmente de los alimentos. Por ende, el panorama es aún más turbio ante un escenario electoral que sólo permite tomar medidas de contención y de características espasmódicas.
Hace una semana, el IPC de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue de 7,1%, acumulando de esta manera en los primeros tres meses del año, una suba de 21,8%, con una variación interanual del 105,5 por ciento.
Está claro que la cuenta regresiva de la administración del Frente de Todos está dando manotazos de ahogado, que en definitiva pone en peligro la gobernabilidad, al menos en términos financieros, de la administración que llegue a Casa Rosada el próximo 10 de diciembre.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina.