El preocupante el dato de inflación de abril, de 8,4 por ciento y un interanual de 108,8%, estuvo por encima de lo que esperaba el Palacio de Hacienda y del Banco Central. Luego de conocerse los datos oficiales del Instituto de Estadísticas y Censos, el ministro de Economía, Sergio Massa, dispuso poner en práctica un paquete de medidas que intentará detener la suba imparable de precios.
En el contexto de crisis y de feroz interna en el oficialismo, varias de esas iniciativas podrían caer mal en sectores que integran el gobernante Frente de Todos, y en materia de lineamientos que llevó adelante hasta ahora Alberto Fernández, y su ex socia, la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Los tres puntos más importantes giran en torno una fuerte suba en las tasas de interés, que se conjugará con una mayor intervención del BCRA, con el fin de administrar la devaluación paulatina (crawling) y se plantea acelerar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, con China en materia de swaps, y con los países del denominado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para facilitar el intercambio de monedas con Brasil en reales y ya no en los escasos dólares. Massa tiene pensado viajar el próximo 29 de mayo a Beijing a procurar conseguir algo de ayuda.
La suba de las tasas de interés, entre otras cosas, de los plazos fijos volverá a incrementarse pero por lo que se sabe, seguirá por debajo de los niveles inflacionarios. Hubo discusiones al respecto en la sede del Palacio de Hacienda. El grupo más ortodoxo propuso elevarla a un 110%. La idea fue desestimada lo más probable es que quedará por abajo de del 100%, un 97 por ciento.
A fines del mes pasado el Central llevó la tasa de 81% a 91%, el valor más alto en 20 años, un guarismo que va por encima del récord de Mauricio Macri, que fie de 86% en septiembre de 2019.
A partir de este lunes 15 la máxima autoridad bancaria de la Argentina, estará muy activa controlando el valor de la moneda estadounidense. El jefe de la cartera económica ordenó al presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce y a su hombre en el directorio, Lisandro Cleri, ampliar el margen operativo atento a frenar cualquier peligro de otra corrida cambiaria.
La mesa de dinero del BCRA podrá utilizar todo su poder de fuego para intervenir sobre los dólares financieros, llamados: Contado Con Liquidación, que es en definitiva la operación financiera que permite sacar dinero del país, y el denominado MEP (Mercado Electrónico de Pagos, que es la alternativa a la hora de comprar billetes verdes de forma legal por fuera del cepo cambiario.
El equipo económico que fue la última corrida en el mercado de cambios la que complicó los números de la Indice de Precios al Consumidor, una justificación que no les cierra a muchos entendidos, ya que la aceleración del valor dólar, desde fines del 2022.
Las iniciativas complementarias pasan por moderar el efecto de las subas de las tasas de interés que encarecerá los préstamos y se reducirán las tasas del programa Ahora 12 para esas utilidades de los saldos.
A partir de esta semana va a bajar nueve puntos porcentuales el costo del financiamiento en 12 cuotas. El objetivo es promover el consumo de productos fabricados en el país. El Ministerio de Economía entiende que representan unas 5,8 millones de operaciones mensuales que determinan un total de más de 250.000 millones de pesos. A la vez, se dispondrán mayores reintegros para los consumos con tarjeta de débito que realicen los sectores más vulnerables.
La administración central pondrá el foco en el Mercado Central, con la intención de ordenar a los formadores de precios. De esa manera de quiere frenar, aunque sea parcialmente, el ritmo de los incrementos en ese comercio mayorista. Esto se podría replicar en otros puntos minoristas, como se quiso en varias oportunidades pero sin resultados positivos.
Mediante la Secretaría de Comercio Interior, el ministro Massa buscará abaratar el precio efectivo de venta al público de productos frescos como frutas, verduras, hortalizas, carnes y productos secos no perecederos, que sean de primera necesidad. El Mercado Central tendrá el rol de importador directo alimentos con arancel 0. Es decir que la Argentina importará comida, algo que hasta ahora no pasó con ninguna gestión kirchnerista.
El Gobierno ofrecerá fideicomisos público/privados para la compra de productos alimenticios. Cada comercio de cercanía podrá ser cuotapartista al aportar fondos para la compra hacer compras centralizadas, lo que reduciría el valor de las mercaderías.
Por su parte, los puesteros del Mercado Central no pagarán canon por 90 días, si cumplen con los precios máximos fijados por la Secretaría de Comercio Interior. Ante la negativa de los mayoristas y las grandes empresas, se podría abastecer a los supermercados chinos y almacenes de cercanía con una canasta de productos definidos por la Comercio, que serán importados por el Mercado Central, con la finalidad de detener las remarcaciones que realizan esas empresas a la hora de abastecer los puntos de venta, llamados, de cercanía. Esa canasta va a ser controlada por la para que esos comercios cumplan con los precios máximos de venta.
La elevada suba de tasas afectará el nivel de actividad. Es un daño colateral del que no se puede escapar. Buscando contrarrestar ese efecto se definirán otras definiciones.
La Administración Federal de Ingresos Públicos va lanzar un nuevo plan de pago de hasta 84 cuotas para la deuda corriente de las empresas y las personas con el organismo, mientras que también dispondrá medidas de alivio fiscal para la moratoria de las cuotas con tasa Badlar, que la que tiene que ver con depósitos superiores al millón de pesos en un plazo de 30 a 35 días y que es mayor a la tasa que se paga en depósitos a plazo fijo.
Sergio Massa hará público una decisión que implicará tensionar el clima que lo circunda. Por ese camino, dará prioridad absoluta para las importaciones a la compra en el exterior de bienes de capital con SIRA (que brinda plazos de cobro menores para pequeñas empresas) a 360 días, el esquema habilita pedir permiso para traer cosas de afuera, que funciona como una traba para la actividad.
Con vistas a acelerar el comercio exterior, se creará la Unidad de análisis de las Operaciones de Comercio y se promete eliminar aranceles, relajar normas antidumping buscando reducir el precio efectivo de las importaciones de ciertos insumos difundidos, fomentar la competencia en ramas altamente concentradas, y disminuir los precios a lo largo de la cadena de valor.
Si las cosas se encaran por ese sendero, debería empezar a llegar a la Argentina vidrio, plástico o acero de países como China, Omán, India, Corea, Estados Unidos, Brasil, Perú y Países Bajos, entre otros lugares.
Con el trasfondo de la lucha endógena al núcleo de la colaición gubernamental, a la que le quedan poco más de seis meses de mandato, todo lo planteado corre riesgo de no surtir efectos, pero, perdido por perdido, Massa apuesta a seguir la batalla que, aunque cada vez más difícilmente, le permita precandidatearse a presidente por el peronismo, como un dirigente elegido por consenso y no a través de los que reclama Fernández y sus acólitos, resolver las diferencias mediante una Primaria, algo que el kirchnerismo, y el propio titular Economía, quieren evitar contrarreloj.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina.
