Málaga, España.- El debut del malagueño, de 16 años, Marcos Castilla; fue un éxito rotundo. El público vivió la experiencia de ver y escuchar la ejecución al piano de este joven con la Orquesta Pop del Soho interpretando el concierto para piano No. 21 en do mayor, K 467 de Wolfgang Amadeus Mozart, bajo la dirección de Arturo Díez Boscovich.
Faltaban unos minutos para que abrieran las puertas del teatro, La gente empezó a ocupar la acera esperando poder entrar,. Algunos recogían sus entradas, otros compraban y otros esperaban a familiares o amigos.
Entre ellos estaba, Marcos Castilla, viendo quien llegaba. Acompañado por un adulto intercambiaban frases. Marcos siempre sonriente fue sorprendido por el bautizó de un pájaro. Mientras caminaba por la acera sintió que algo le había manchado la camisa por la espalda. Su acompañante se encargó de limpiar la mancha que había depositado la ave. Sorprendido por lo sucedido se dirigió a la entrada del elenco y músicos del teatro.
El público fue entrando y ocupando sus butacas. El escenario lucía espléndido, es un sello que tiene la orquesta en sus conciertos. En está ocasión el escenario estaba iluminado por luces azules, predominaba y dejaba ver una pantalla gigante que ocupaba el centro, en una esquina un grupo de velas encendidas en una esquina y racimos de flores blancas repartidas.
Se apagaron las luces y como preámbulo subió al escenario el actor español, Antonio Banderas, quien fue recibido con aplausos por varios segundos. Banderas, que es el director y creador del Teatro Soho Caixabank expresó enormemente su alegría de poder estar ahí para escuchar a este joven malagueño y dar la posibilidad de que debutara profesionalmente con su orquesta.
Compartió su emoción de ser parte del debut en su primer concierto.
“Marcos es un gran músico, con un talento que ya verán ustedes. La formación es muy importante en el proyecto del Soho, no tanto en enseñar desde muy temprana edad, sino por darle la oportunidad a los jóvenes de expresarse en el escenario «.Invitó al público a sentirse orgullosos de poder disfrutar de este joven pianista.
Dio inicio el concierto. Entró a escena el director Arturo Díez Boscovich, quien dio entrada a Marcos Castilla.Quien sin perder en ningún momento su sonrisa ocupó su lugar al piano. Desde los primeros momentos llenaría la escena, su temple y seguridad. La orquesta comenzó a sonar y el silencio entre el público imperaba.
La orquesta sonó tremendamente y fue el acompañamiento perfecto para la ejecución magistral de Castilla, que nunca perdió su sonrisa, la complicidad de miradas con el director era una poesía de felicidad.
El joven se imponía sin partituras, lleva varios meses aprendiendo las desde diciembre cuando recibió la llamada y le informaron que participaría con la orquesta en el teatro Soho.Fue su regalo de Navidad. Si en su rutina está varias horas ante el piano, tuvo que sumar más esfuerzo. Sin dejar a un lado sus estudios.
Marcos quien confiesa que ama la música empezó sus primeras clases a la edad de cinco años. A los 13 estudia en la Academia Internacional Galamian con los maestros Misha Dacic, Josu de Solaun, Jesús Reina y Anna Nilsen y en el Conservatorio Profesional de Música Gonzalo Martín Tenllado, de la mano de Alejandro Díaz Cobos. La música forma parte de su vida y acaba de terminar quinto en el Conservatorio Profesional Martín Tenllado de Málaga.
Es el ganador de la pasada edición de Talent Show de una televisora de Andalucía. Entre sus planes está tomar un curso este verano en el Conservatorio Real de Escocia.
El concierto terminó y empezó la ovación del público por varios minutos. Castilla regresó y ejecutó al piano Malagueña, de Ernesto Lecuona. El final una gran ovación. Seguidamente vinieron las felicitaciones en privado Banderas acompañado de su pareja Nicole y sus padres.
En su segunda parte Castilla se sentó entre el público para disfrutar de la Orquesta bajo la dirección de Boscovich ejecutó varias oberturas de óperas de Mozart:: Bastian y Bastina, Idomeneo, Rey de Creta, Las bodas de Fígaro y La flauta mágica entre otras.
Sin duda alguna fue una noche mágica.