Hace ya tiempo que en Irán se estaba gestando un movimiento de rebeldía e inconformista contra el régimen de los ayatolás, un régimen que lleva en el poder cuatro décadas bajo una dictadura, un régimen que oprime y coarta la libertad al pueblo iraní.
Cuando la policía de la moral se atrevió a detener a Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años que se encontraba en Teherán visitando a unos familiares, solo por llevar incorrectamente colocado el hiyab, aquella chica era sólo una más de esa mujeres que son diariamente vigiladas por los moralistas del régimen. Cuando falleció en misteriosas circunstancias, en comisaría, Mahsa era sólo una más de esas personas que han sido asesinadas, por las fuerzas represivas clericales.
Una ejecución, insignificante para las élites, dictaba la sentencia de muerte, Pero la muerte de Mahsa Amini ha originado una ola de protestas que -independientemente de cómo se resuelvan- van a marcar un antes y un después en Irán. Y lo que está claro que nada nada va a ser como antes.
Oprimidos, obreros, mujeres, jóvenes, intelectuales, incluso las clases medias acomodadas ya no aguantan más y han decidido salir a la calle.
Y las élites del régimen, formaciones religiosas, los ayatolás, los Guardianes de la Revolución, saben que su tiempo se acaba y que ya no pueden seguir dominando como lo hacían hasta ahora.
La movilización y la lucha organizada han conseguido que aumenten las protestas contra el régimen. Con las mujeres a la cabeza y en primera línea de la lucha, mujeres de todas las edades -desde niñas a amas de casa, desde estudiantes a famosas, deportistas o actrices, quemando sus velos en sitios públicos, gritando consignas de libertad, mujeres organizadas y luchadoras que han perdido el miedo. Y junto a estas heroínas están miles de hombres.
Su lucha frente a la brutal represión, esta costando sangre sudor y lágrimas, ya son 350 muertos y más de 15.000 detenidos, muchas de estas personas han desaparecidos, y a todo esto hay que sumarle los asesinatos a pie de calle por los milicianos del Basij disparando a la gente.
Es cuestión de tiempo, pero el régimen de los Ayatolás no podrán vence a un pueblo que se ha organizado para luchar por el trabajo, la libertad y la democracia.
El camino a la democracia implica lucha, no sabemos cuando caerá la dictadura de los ayatolás,pero si sabemos que costará mucha sangre, Pero algo si que está claro, la revolución de los velos es imparable.
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