La Inteligencia Artificial (IA) debe ser un complemento que «aporte valor añadido al ser humano”, según se puso de manifiesto en ‘dIAlogos’, el evento académico que fomenta la cultura digital, organizado por la Universidad CEU San Pablo.
Durante las ponencias, abiertas por Omar Hatamleh, asesor principal de Inteligencia Artificial e Innovación en el ‘Goddard Space Flight Center’ y líder de la Estrategia de Tecnología de la Información de la NASA, se abordaron las ventajas, retos y la regulación tras el acuerdo provisional de la Comisión Europea sobre la futura ley de inteligencia artificial, que tuvo lugar el pasado viernes, 8 de diciembre.
La conferencia de Hatamleh se centró en la importancia adoptar la IA en una sociedad en la que ya está implantada, «aunque la implantación total no verá la luz hasta el 2023». “Debemos empezar a concebir autopistas para coches aéreos, una longevidad que permitirá que los humanos alcancemos los 120 años y, todo esto, supone un importante cambio económico y social que debemos empezar a abordar ya con la regulación en la mano”, explicó.
Además, el experto afirmó que la Inteligencia Artificial afectará a todos los ámbitos y la educación no es un ámbito exento. “Las instituciones académicas deben de tener cuidado para adaptar los pensamientos críticos a las competencias de la IA. Las ‘skills’ actuales no van a permitir que los alumnos sean exitosos en un futuro no muy lejano: es necesario empezar a elaborar el CV del futuro”, advirtió Hatamleh.
Posteriormente se abrió una mesa de debate moderada por Emiliano Blasco, vicerrector de Planificación Estratégica y Cultura Digital de la Universidad CEU San Pablo. En ella participaron la fundadora y presidenta del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA), Idoia Salazar; y el director global de Innovación y Ventures del Grupo Ferrovial, Rafael Fernández.
Los ponentes reflexionaron sobre los riesgos y beneficios de la implantación de la Inteligencia Artificial en los diferentes ámbitos corporativos y sociales. Para Salazar, «hay que perder el miedo a la Inteligencia Artificial y la destrucción de trabajo».
«La IA se sigue percibiendo como una herramienta sustitutiva al humano y debemos entender que se trata de un complemento para realizar de manera más eficiente los proyectos de nuestras compañías. Será un gran aliado para pymes y ‘startups’, que podrán llegar a competir en los mismos niveles que las grandes corporaciones”, aseguró.
Según Fernández, «es necesario que todos los miembros de la compañía prueben y conozcan la IA, sobre todo para que interactúen y conozcan los aspectos positivos, negativos y los riesgos”.
Omar Hatamleh recalcó que para una correcta adopción de la Inteligencia Artificial “es necesario que las compañías, en su integridad, comprendan la tecnología y sus implicaciones y, para ello, es necesario tener una mente abierta y asumir riesgos; sin riesgos no se creará valor”.
USO ÉTICO DE LA IA
No obstante, la Inteligencia Artificial es una herramienta que «debe estar siempre al servicio de las personas» y «no puede, ni debe, sustituir a la persona como centro de la actividad académica y profesional, del mismo modo que la inteligencia artificial nunca podrá, ni deberá, sustituir a la inteligencia natural», se destacó desde la Universidad CEU San Pablo.
Por todo ello, ante la necesidad de trabajar conjuntamente para un uso ético de esta tecnología, CEU San Pablo comparte con la comunidad universitaria un ‘Manual de buenas prácticas e integridad académica en el uso de Inteligencia Artificial (IA)’.
Dicho documento pretende que profesores y alumnos puedan conocer la magnitud y repercusión» de estas herramientas y «hacer un uso ético, responsable e íntegro» de las mismas. «Nace con una naturaleza viva que pretende evolucionar en paralelo al progreso de estas herramientas, pero que pretende sentar las bases de lo que debe ser la Inteligencia Artificial, su efecto en la docencia universitaria y en base a los principios del humanismo cristiano», concluyó la institución.
(SERVIMEDIA)