La Argentina sufrió otra suba en el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que registró en el pasado mes de noviembre un aumento del 3,1%.
Estos datos oficiales pertenecen al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Es decir que en ese período una familia tipo (pareja y dos menores) necesitó tener ingresos por $64.012 (unos 196,96 dólares) para no caer en situación de indigencia, es decir no acceder a una alimentación digna y nutritiva.
El organismo también comunicó que el costo de la Canasta Básica Total (CBT), que además de los alimentos mide productos de indumentaria y servicios, se incrementó un 4,4% el mes pasado, por lo cual el mismo grupo familiar requirió ganar $145.948 (unos 449 dólares) para no caer por debajo de la línea de la pobreza.
En tanto, en los primeros once primeros meses del año, la Canasta Básica Alimentaria aumentó 94,2% y la Canasta Básica Total, 91,7%, aseguró el INDEC.
En los últimos doce meses, la canasta alimentaria acumuló una suba de 101,8% y la Canasta Básica Total, 97,4%, detalló la dependencia oficial.
El Gobierno de Alberto Fernández hace una lectura positiva de estos datos, porque entiende una desaceleraron con respecto a mediciones anteriores, esto para el ente de medición que dirige un hombre del ministro de Economía, Sergio Massa, nos referimos a Marco Lavagna, un funcionario al que se le cuestiona la incompatibilidad de ejercer un cargo en el INDEC y otro como asesor en el Palacio de Hacienda.
El economista aún no dio a conocer las cifras del Censo 2022, que debiera haber entregado el 15 de agosto pasado. A esta irregularidad se suma la poca credibilidad que tuvo el último Indice de la inflación del penúltimo mes del año, que dio un 4,9 por ciento, cuando las consultoras privadas estimaban en promedio del 6%, y el IPC de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entregó un porcentaje del 5,8%.
Juan Pablo Peralta periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino.
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