La caída del Muro de Berlín, que abrió las puertas de las dos Alemanias el 9 de noviembre de 1989, «se constituyó en un símbolo no solo para la posterior reunificación del país sino para la liberación de todo el bloque oriental» soviético, opinó hoy el analista Alejandro Simonoff.
«Los efectos de la crisis de 2008 que desnudó los serios problemas socioeconómicos en todas las economías mundiales, la llegada de inmigrantes de Siria (a causa de la guerra civil en ese país) que son percibidos ahora como una amenaza, así como la desigualdad persistente permitieron que la extrema derecha creciera electoralmente en los últimos años», dijo a Télam Simonoff, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Para este estudioso, la noche en que comenzó la demolición del Muro de Berlin, levantado por el líder soviético Nikita Kruschev, «se constituyó en un evento de fuerte contenido simbólico, no sólo para Alemania, sino para todo el bloque oriental».
El analista recordó que todos estos hechos ocurrieron en medio del clima de reforma existente desde que Mijail Gorabachov lanzara la Perestroika (reformas) en la desaparecida Unión Soviética, tras llegar al poder en 1985.
«Esta situación impactó en los países del Pacto de Varsovia, reforzada por el abandono por parte de Moscú de la llamada Doctrina de (Leonid) Brezhnev, o de soberanía limitada, la sucedánea de la de Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos en su área de influencia», señaló.
Simonoff afirmó que la República Democrática Alemana (RDA), gobernada por Eric Honecker «se resistía a las reformas impulsadas por Gorbachov».
«Pero, a pesar de las medidas tendientes a imponer un sólido control a miles de alemanes orientales, muchos de ellos se fugaron, no solo a través del famoso Muro de Berlín, sino también por Hungría, que había avanzado en su proceso de liberalización y les permitía llegar a Austria», aseguró.
El analista dijo que «en junio de 1990 se realizó en las dos Alemanias un plebiscito que mostró la voluntad de unificación germana de la mano de la alianza conservadora encabezada por Helmut Kohl, que gobernaba a la entonces Alemania Federal«.
Simonoff resaltó que «el levantamiento del veto soviético a la unificación permitió que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia avalasen el Tratado de Unificación que autorizó la incorporación de la República Democrática Alemana en la Republica Federal de Alemania, según la Ley Fundamental del 3 de octubre de 1990, fecha en la que se conmemora el Día de la Unidad Alemana».