El exvicepresidente segundo del Gobierno Pablo Iglesias lanzó este domingo dos mensajes contundentes a su sucesora en el puesto como líder en el Ejecutivo de Unidas Podemos, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz: “Podemos debe ser respetada” y “no hay discurso más reaccionario que el que dice que el problema son los partidos”.
Iglesias cerró el acto de clausura de la llamada ‘Uni de Otoño’ de Podemos, que tuvo lugar en el Teatro Coliseum de Madrid, y confirmó que no fueron casualidad los mensajes autorreivindicativos del partido y frente a Díaz que proliferaron por boca de sus principales portavoces en el Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, ese viernes y sábado, y en el propio cierre de hoy.
En lo que fue su primer mitin desde la pasada edición de la ‘Uni de Otoño’, el exlíder de la formación alegó, frente a las objeciones que suele poner la vicepresidenta, con su plataforma Sumar, a los partidos tradicionales, que éstos son “permiten que los que no tienen nada se puedan organizar para hacer política”. Así, abundó que “los partidos políticos modernos los fundó el movimiento obrero porque la clase trabajadora sí necesitaba partidos políticos”, aunque también se requieren movimientos sociales.
Más tarde se refirió a las elecciones de mayo, a las que no concurre Sumar, denunciando que “algunos piensan que es una magnífica oportunidad para que Podemos tenga un mal resultado y para que Izquierda Unida desaparezca, porque eso dejará todo el campo de la izquierda abierto para una nueva izquierda, que no será perseguida por las cloacas y que no será tratada de manera negativa por la progresía mediática”. Advirtió de que “el nivel de ingenuidad de tal planteamiento es de una dimensión sonrojante”, y preguntó y respondió: “¿Quién piensa que le puede ir bien a las elecciones generales a una candidatura de la izquierda, si a Podemos le va mal en las elecciones municipales y autonómicas? Hay que ser estúpido”.
Iglesias abogó por “tender la mano como ha hecho siempre este partido”, y recordó que “ apostó por una candidata que no fuera de este partido” (la propia Díaz) y “llevó al Gobierno a formaciones políticas que ni siquiera habían compartido la estrategia negociadora para entrar” en el Ejecutivo (Izquierda Unida). En concreto, estableció que Podemos “tiene que seguir siendo generosa y tiene que apostar por confluir con Sumar en las elecciones generales” y con “todas las organizaciones de izquierda”.
Eso sí, con una condición: “Pero Podemos debe ser respetada”. Asegurando que sus propios enemigos y las tácticas de éstos le convierten en “la organización política más importante de la izquierda española” y es “condición de posibilidad de que la izquierda siga cambiando cosas”, concluyó alabando a su militancia y refiriendo a ella la exigencia del respeto: “Ay de aquéllos y de aquéllas que se atreva a faltarle el respeto a la militancia de Podemos”.
UCRANIA, EL CGPJ Y LOS MEDIOS
Iglesias comenzó denunciando la “lógica de guerra” impuesta por el conflicto de Ucrania y su “capacidad disciplinante” sobre los sistemas políticos. Comparó la situación con la Primera Guerra Mundial y denunció que, ahora como entonces, “vemos una vez más a los socialdemócratas europeos votar los créditos de guerra”. En esa línea citó el tuit en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dirigió a la nueva primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, como ejemplo de que “Europa da la bienvenida a los fascistas siempre que asuman la OTAN”.
Iglesias contrapuso que la UE esté “normalizando el fascismo” por aceptar el consenso militarista a que Podemos “está en el Gobierno pero no está en el consenso”, y al hilo de ello mandó un primer mensaje a Díaz, quien sí aceptó el envío de armas a Ucrania. “Eso es enormemente importante, y eso es lo que pretenden destruir, con la ingenuidad estúpida de muchos sectores de la izquierda que tuvieron miedo a decir que no había que enviar armas a Ucrania”, criticó.
El ahora periodista subrayó, retomando algunos de sus mensajes típicos de los últimos meses, que “hace falta una izquierda” que defienda a Europa y no a la OTAN y a EEUU y que se atreva a denunciar “la corrupción del periodismo como una de las principales amenazas a la democracia”. Y, como ayer, enjuició que “el objetivo fundamental de las oligarquías en este país es destruir a Podemos”, por “pelear con uñas y dientes para estar en el Gobierno” pero a la vez “fuera del consenso”, pese a que “lo principal que te imponen cuando entras en el Gobierno es que te tragues el consenso”. Dentro de ese consenso situó la monarquía, como “el vínculo originario de nuestro sistema con el franquismo”.
Seguidamente abordó la fallida negociación para renovar el CGPJ interpretando que la derecha mediática y judicial le recordó al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, “quién manda” y que estaba en contra de la renovación, y reiterando la apuesta de Podemos por incluir a la juez Victoria Rosell en el gobierno de los jueces. Con otra crítica velada a Díaz, que aceptó que el PP la rechazara: “Los que aceptaron el veto no podrán aceptar jamás que lo aceptaran”.
Iglesias no dejó pasar la ocasión de atacar nuevamente al periodista Antonio García Ferreras, que divulgó en 2016 que él tenía cuentas en paraísos fiscales, y a quien tachó directamente de “golpista”. “La corrupción del periodismo no acababa en la derecha, llegaba hasta la izquierda también”. En esa línea, expuso su tesis de que el sistema acepta una izquierda que hable de cosas sociales pero no de la “estructura oligopólica” de los medios como Podemos, y advirtió de que “solamente un ingenuo podría pensar que el BOE (las políticas del Gobierno) sirve para ganar elecciones” y pidió “una movilización ideológica en todos los ámbitos”.
(SERVIMEDIA)
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