Yo no había nacido aún cuando fueron desalojados de sus casas los palestinos; corría el año 1948 cuando comenzaron las luchas por anexionarse territorio con ocupaciones siempre ilegales por parte de los sionistas que iban mermando las fuerzas a los que habitaban en las aldeas cercanas, de las que hoy solo quedan los restos de piedras y algunos de los que fueron sus habitantes que se quedaron cerca y hoy día sufren el asedio continuo a su persona como palestino y a sus derechos como persona.
Algunos han conseguido integrarse, por decirlo de alguna manera, en la sociedad que quedo en ese Estado de Israel pero son continuas las muestras de discriminación que les aíslan del resto.
Y si tu vida queda en Gaza por citar un lugar también te ves arrollado por la guerra de quien quiere más aún de lo que tiene.
La ONU permitió en su día que existiera el estado israelí, reconociéndolo como tal pero se olvidó de que también debía existir el estado palestino y simplemente hizo una separación de ubicación de las dos partes de la contienda, israelís y palestinos que no llevó a una convivencia en paz.
El tiempo lo demuestra, siguen las contiendas y nada para el ansia de convertir todo el territorio incluido Jerusalén en parte del Estado israelí.
En ambos bandos podríamos reconocer errores pero ninguno excusa el que los niños, por citar a los más débiles, y ser los que debían tener una protección por parte de la ONU fallezcan bajo el fuego de los misiles o metralletas israelís.
Son destruidos hospitales y escuelas que bajo el auspicio de la ONU fueron creador pero ¿Por qué sigue permitiéndose esta masacre?. ¿Por qué no hay presencia de los cascos azules?, ¿Por qué no se obliga al cumplimiento de lo poco que se ha tratado en la ONU?
El mundo de la cultura, escritores de Gaza muestran el mundo que les ha tocado vivir y dejan su manifiesto ante el mundo para abrirles los ojos. Citar a la escritora Fida Jiryis que forma parte junto a otros muchos del libro «Un reino de olivos y ceniza», es obligatorio. Ella junto a otros muchos escritores deja plasmada su vivencia en el libro que ha sido traducido a muchos idiomas, entre ellos el español.
El poeta Refaat Alareer dejó sus versos prendidos en la muerte que le acompañó en el mes de diciembre 2023 y en ellos siembra palabras como «esperanza» para ese futuro incierto que les espera a los suyos:
Si he de morir,
debes vivir
para contar mi historia,
para vender mis cosas,
para comprar un trozo de tela
y unas cuerdas
(que sea blanca con una cola larga)
para que un niño, en algún lugar de Gaza,
mientras el cielo miran sus ojos
esperando a su padre, que
se fue en una llamarada
y no se despidió de nadie,
ni siquiera de su carne,
ni siquiera de sí mismo,
vea la cometa, mi cometa,
la que tu hiciste, volando arriba
y piense por un momento
que un ángel está ahí
trayendo
de vuelta el amor.
Si he de morir,
deja que traiga esperanza,
deja que sea un cuento.
Yo dejo también mis versos para esa Palestina que todos queremos libre.
Poema .- Y yo te pinto, Palestina, libre
Y yo te pinto, Palestina, libre
como siempre fueres sin serlo
arraigada a la tierra
Y yo te pinto con los pilares
sobre los pies, mi dulce niña
Y gritan y bombardean en ese otro lienzo
que no vemos
que no queremos ver
Y yo te pinto esas luces amarillas
de las velas que te quieren ver
niña
libre como al nacer
Y yo te pinto, triste, mujer
Y la columnata sobre tus brazos
te sostiene
Y yo te pinto fuerte y decidida
tus pies firmes en el suelo
tu mirada perdida, rompiendo techo
por donde la guerra pinta su lienzo
latido que no cesa en tu pecho
Palestina libre.
María José Luque Fernández dibujo y letras.