Con un mensaje vía Twitter, al estilo del de Cristina Kirchner cuando hizo público su nombramiento como candidato a presidente, titulado “Mi decisión”, Alberto Fernández anunció que no irá por un próximo mandato. Así se sumó a la misma decisión que tomó el ex mandatario Mauricio Macri, y hasta ahora la actual Vicepresidenta argentina. El hombre que en los papeles seguirá al frente del Poder Ejecutivo durante ocho meses, aseguró que se abocará al problema económico que atraviesa el país.
Lo que era una especulación fue oficializado argumentando que la preocupación se centrará durante los próximos meses en levantar la alicaída economía nacional, y en garantizar que el peronismo se mantenga unido. Algo que no se consiguió hacer durante casi tres años y medio estando en el Poder.
En los casi 8 minutos, Fernández aseguró que el 10 de diciembre próximo entregará “la banda presidencial a quien haya sido elegido” por el voto popular, con lo que algunos entendieron como guiños al peronismo y a los kirchneristas, quienes lo consideran un desleal y traidor.
El tuit tuvo la voz en off del jefe de Estado y fue acompañado por imágenes de archivo que recordaron su paso como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y, entre otras cosas, su victoria en 2019 junto a la senadora Kirchner. Fernández señaló que apelaba a que su coalición, el Frente de Todos, participe de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, las primarias obligatorias del país, que tendrán lugar el 13 de agosto.
“El próximo 10 de diciembre de 2023 es el día exacto que cumplamos 40 años de democracia. Ese día entregaré la banda presidencial a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político que represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas”, aseveró.
El titular del Ejecutivo defendió la unidad dentro de la coalición gobernante que lidera “más allá de las críticas internas”, en medio de la dura situación económica a la que se enfrenta el país. “No tengo un solo enemigo” en el FdT, afirmó. Asimismo esgrimió que su decisión está fundamentada en una cuestión de regeneración política. “En estos tiempos, más que en otros, necesitamos revitalizarnos”, expresó.
La decisión de salir de la disputa electoral era exigida por el kirchnerismo, que celebró la medida para «reordenar» al Frente. De hecho, Fernández puntualizó que “el contexto económico me obliga a dedicar todos mis esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la Argentina”.
Esto se definió después de una tensa jornada en los mercados, con el dólar blue que alcanzó un nuevo récord histórico al tocar los $ 440 y en medio de una crisis económica que se agudizó días atrás al confirmarse que la inflación de marzo fue del 7,7%, la más alta en 20 años, alcanzando un preocupante 104,3 por ciento interanual.
Algunos entienden que destacó que la dimisión de Fernández a ser reelecto, algo que de todos modos iba a ser casi imposible por los bajo índices de imagen del dirigente, se mezcló con la negociación por fondos frescos del Fondo Monetario Internacional, con el fin de aumentar las reservas del Banco Central y frenar la corrida.
Por todo esto, el ministro de Economía, Sergio Massa, negocia un paquete de asistencia que su cartera pretende que se ubique entre los 5.000 y 10.000 millones de dólares, para acumular reservas. Por eso podría volver a viajar a Washington la semana que viene.
La inflación anual de tres dígitos, una pobreza que golpea a más del 40% de la población y desequilibrios en las cuentas públicas derivaron en que la alianza opositora de centroderecha, Juntos por el Cambio, cuente con mejores chances que el actual oficialismo para las elecciones generales, según varias encuestas.
“Alberto Fernández se baja de un lugar en el cual nunca estuvo. Es un gobierno que tiene menos de 20 puntos de aprobación, su imagen negativa es la más alta de todos los dirigentes que medimos”, explicó la directora de la encuestadora Management & Fit, Mariel Fornoni. El Mandatario tiene un nivel de desaprobación de su gestión “que no tenían ni Cristina Fernández de Kirchner ni Mauricio Macri cuando perdieron elecciones” de distinta índole, agregó la socióloga.
Una vez conocida la resolución presidencial, se fueron sumando a la carrera en el peronismo algunos apellidos que ya mostraban su ambición de llegar al sillón de Rivadavia. Entre ellos, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; el dirigente social, Juan Grabois, y alguno gobernadores como Jorge Milton Capitanich, del Chaco, Juan Manzur (Tucumán) y el sanjuanino, Sergio Uñac, por nombrar algunos.
En la cumbre del PJ Nacional en su central del barrio de Once, se definió que el 16 de mayo se convoca a un Congreso Partidario para empezar a definir las candidaturas. La del jefe de la cartera de Hacienda, Sergio Massa, queda atada al desempeño que tenga la economía, que por ahora no lo habilita a subirse al tren de los prepresidenciables.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina.