En un país, democráticamente hablando, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial han de ser independientes, pero complementarios entre sí. Esta es la fórmula mágica que nos dejó Montesquieu: ?Propuso una nueva división de poderes del Estado. Concretamente en tres partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
En un país, democráticamente hablando, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial han de ser independientes, pero complementarios entre sí. Esta es la fórmula mágica que nos dejó Montesquieu: ?Propuso una nueva división de poderes del Estado. Concretamente en tres partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial?.
La separación de poderes es clave para la calidad democrática de la sociedad (se puede decir más alto, pero no más claro), es importante que existan en cualquier en cualquier país que se tenga por democrático. Y esta separación entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial?compromete a los a mantener un respeto a la independencia judicial, y este último ha de ser imparcial, y respetar a sus hermanos: el poder legislativo y ejecutivo.
Hemos de recordar la operación Pokémon, donde fueron imputados políticos, en su mayor parte socialistas. Cómo el caso importante-dada la denuncia anónima con contrincante político de intermediario- de su secretario general y candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia También alcanzamos la mirada a lo que pasó en torno al urbanismo en Orense, y la detención de su alcalde también enredado en Pokémon.
En nuestro país vecino Portugal, la actualidad política está en crisis de gobierno, como consecuencia de una actuación de la Fiscalía al parecer no soportada por el juez. Y en los nueve años de espera para el juicio de Sócrates, primer ministro socialista, que está aún encausado.
También es posible recordar actuaciones distintas, bien de exoneración de políticos o allegados como de su imputación, realizadas jueces que han provocado asombro. Por más que esta siempre se exprese con esa fórmula acostumbrada de acato y respeto la decisión judicial.
Sin embargo, en los prolongados tiempos procesales de nuestra Administración de justicia puede ser una condena, como hemos visto en más casos que los que el sesgo, el error no malicioso y la verdad permiten.
Y es que, como consecuencia ante el arrebato del caducado Consejo General del Poder Judicial, o de asociaciones de la judicatura, y actos de manifestación pública de togados ante un acuerdo político entre partidos y una ley de amnistía sin conocer, es conveniente leer el análisis de Ricardo Bosa, magistrado emérito del Tribunal Supremo, donde se descubran posibles desatinos ante el proyecto de ley de amnistía. Estas actuaciones pueden menoscabar no solo la independencia judicial reclamada, sino la inexcusable imparcialidad de sus resoluciones, si hubieran de llegar.
Hemos de entender que la existencia de un ministerio que englobe Presidencia y Justicia puede que quiebre la división de poderes, y esto no bueno para cual país que se tenga por democrático.
Siempre nos han alertado una y otra vez sobre los jueces, la justicia, su administración y el Consejo del Poder judicial con acierto y clarividencia, y por lo visto?con escaso éxito.
Y así se entienden los abandonos en la Administración de justicia, su forma de producirse y una y otra vez persiguiendo la maldad-posibles delitos- según criterios propios. Criterios que el poder judicial consiente, alienta, limita o penaliza.
La Coruña, 11 de diciembre de 2023
Mariano Cabrero Bárcena es escrito