Emily versus Robert Landong
En los húmedos pasillos de la universidad de Harvard, donde los ecos del conocimiento parecían flotar en el aire, Emily Gardner, con su mirada intensa, demostraba que la sabiduría no es un privilegio de los años. Aunque solo contaba con unos pocos años en este mundo de letras y números, ya había sumergido su mente en las profundidades de los misterios ancestrales.
La sinopsis le entusiasmaba. La visualización en paralelo de los tres evangelios sinópticos le permitió apreciar las grandes coincidencias que existen entre ellos. Hay textos, en ocasiones largos, que están redactados con las mismas palabras y con las palabras en el mismo orden. Pero también se puede encontrar grandes diferencias cuando se examinan en detalle.Las convergencias entre los tres (o a veces entre dos) evangelios evidenciarían que los autores habrían utilizado una misma fuente, o se habrían copiado entre ellos.
Las similitudes y divergencias entre los sinópticos suscitaron el llamado problema sinóptico, es decir, la cuestión acerca de qué relación hay entre ellos. Las hipótesis responden e intentan contestar esta pregunta. Una de ellas, la más aceptada en la actualidad, es la teoría de las dos fuentes, presentada por Christian Hermann Weisse (1801-1866) y elaborada más tarde por P. Wernle (1872-1939). La teoría sostiene que los evangelios de Mateo y de Lucas se basaron en el de Marcos y en otra fuente desconocida que Wernle designó con la letra Q, inicial de la palabra alemana Quelle que signífica «fuente». Esta fuente Q, hasta hoy desconocida, habría consistido sobre todo en una colección de dichos y breves discursos de Jesús.
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