No es una fecha más, no. Esta atraviesa el calendario cada 365 días. El 2 de abril estará marcado para siempre en la memoria de Daniel Agüero, uno de nuestros héroes de Malvinas, aunque en realidad, lo que le tocó vivir en carne propia a este mendocino por adopción es algo con lo que convivirá por el resto de su vida.
Daniel Omar perteneció a la Marina y fue timonel de maniobras y combate del ARA General Belgrano. Hoy, a sus 63 años, fue uno de los participantes del Sudamericano de remo máster que se disputó en Mendoza. Sin dudas, encontró en el deporte la manera de poder canalizar todas las sensaciones que habitan en su memoria: «El remo me recuerda mucho al mar, por más que aquí lo practique en nuestro hermoso lago del parque. Sobretodo, en días de lluvia o de bruma, donde me encanta salir solo a navegar».
El estruendo del ruido de su corazón es parte de su pasado, algo que Agüero recuerda cada vez que alguien lo cruza con alguna pregunta relacionada con Malvinas. Lejos de evitarla, responde con la altura de todos nuestros héroes: «Siempre recordaré el 2 de mayo a las 16:01, momento que hundieron el ARA General Belgrano, cuando yo estaba en el timonel de combate».
Este 2 de abril, vaya coincidencia, Daniel se dio el gusto de cerrar un tremendo Sudamericano de remo, siendo timonel del bote de ocho tripulantes, logrando cinco medallas de oro, aunque lejos de los podios, sin dudas que lo más importante para él estuvo en otro lado: «La camaradería que vivimos está semana fue única. Poder reunirnos con deportistas de otros países, intercambiar experiencias. Creeme que en almuerzo de cierre que disfrutamos hoy me acordé mucho cuando convivíamos en la previa de la guerra con mis compañeros».
Justamente esas largas vueltas de remo para Daniel son parte de su rutina. Cuando sale de trabajar en la empresa familiar Manrique, «a quiénes les agradezco enormemente -agrega- su amor y apoyo porque ellos me dieron una contención única», Agüero se va hasta el parque General San Martín para salir a dar una vuelta por el costado del lago.
Y sumó: «Mi vida tiene dos compromisos: cada 2 de mayo llevar cinco rosas (una por sus hijos Maxi, Marcia y Mariano y otra por su esposa, fallecida en 2019) a la escultura que hay en nuestro honor. El otro es una vez por año ir ver el mar, pararme al borde y recordar. Ahí le pregunto por qué me dejó a mí, cuando otros 323 compañeros se quedaron con él».