Los líderes de las siete mayores economías (G7) culminaron este martes su cumbre anual con una promesa de apoyar a Ucrania «el tiempo que sea necesario» ante la invasión rusa y de que estudiarán medidas para limitar los ingresos por venta de petróleo que obtiene el Kremlin para financiar la guerra.
En un comunicado final al término de tres días de cumbre en Alemania, los gobernantes del Grupo de los Siete (G7) destacaron su intención de hacer pagar a Rusia «costos severos e inmediatos» a través de sanciones económicas.
El comunicado no dio detalles sobre cómo se aplicarán límites a los precios de los combustibles fósiles, pero dijo que en las semanas venideras el G7 va a «explorar» medidas para prohibir las importaciones de petróleo ruso a partir de ciertos niveles.
Estados Unidos dice que la veda del crudo ruso no solo golpeará una fuente de ingresos vital para Rusia sino que además ayudará a aliviar los crecientes precios de los combustibles, que están afectando la economía mundial, como resultado de la guerra en Ucrania.
“Seguimos firmes en nuestro compromiso con nuestra coordinación en torno a sanciones por el tiempo que sea necesario»
“Seguimos firmes en nuestro compromiso con nuestra coordinación en torno a sanciones por el tiempo que sea necesario, actuando al unísono a cada paso», dijeron el presidente estadounidense, Joe Biden, y los líderes de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá en el comunicado.
Los siete jefes de Estado y de Gobierno también acordaron una prohibición de las importaciones de oro ruso y dijeron que ayudarán a los países afectados por el bloqueo de millones de toneladas de granos que por la guerra no pueden salir de los puertos ucranianos del mar Negro.
Funcionarios estadounidenses dijeron que los límites a los precios de los combustibles, en teoría, funcionarían impidiendo servicios como la utilización de buques cisterna o los de las aseguradoras a partir de un cierto valor de la carga de petróleo.
El sistema debería ser viable debido a que la mayoría de los prestadores de esos servicios están situados en la Unión Europea (UE) y en el Reino Unido, por lo que quedan dentro del alcance de las sanciones.
Para ser efectivo, sin embargo, debería abarcar la mayor cantidad posible de países consumidores de energía, en particular la India, donde muchas refinerías han estado aprovechando para comprar petróleo barato de Rusia evitado por vendedores occidentales debido al temor a las sanciones.
Sobre la esclada rusa en Ucrania
El pasado lunes, los líderes del G7 prometieron ayudar a Ucrania «el tiempo que sea necesario», luego de una intervención telemática del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien les pidió mantener la presión sobre Rusia.
También la víspera, los gobernantes del grupo condenaron lo que describieron como un «abominable» bombardeo ruso contra un shopping en la ciudad central ucraniana de Kremenchuk que dejó al menos 18 muertos. Rusia dijo que el shopping estaba cerrado y que servía para almacenar armas.
Los líderes, presididos por el canciller federal alemán, Olaf Shcolz, anfitrión del encuentro, dijeron que fue un crimen de guerra y prometieron que el presidente ruso, Vladimir Putin, y todos los responsables del ataque «serán hechos responsables».
Desde el apartado hotel Schloss Elmau, un castillo en los alpes en la región alemana de Baviera, los líderes del G7 partieron a Madrid, España, para una cumbre de la OTAN que también estará consagrada a la guerra en Ucrania y sus consecuencias.
Todos los integrantes del G7 menos Japón son miembros de la OTAN, pero el primer ministro japonés, Fumio Kishida, fue invitado a la cumbre de Madrid.
Zelenski y el primer ministro británico, Boris Johnson, se mostraron preocupados en las últimas semanas por cierta «fatiga de la guerra» que ven en Occidente debido a los costos de un conflicto que ha disparado los precios de la energía y los alimentos en todo el mundo.
La cumbre del G7 buscó, precisamente, aliviar esos temores y mostrar unidad de acción y determinación entre las potencias que han sancionado a Rusia y que suministran armas a Ucrania para sostener el conflicto pese a la gran ventaja militar que ha sacado el Ejército ruso.
La respuesta del Kremlin
Rusia ha dicho que seguir entregando armas a Ucrania y adoptando sanciones económicas en su contra no cambiarán el curso del conflicto y solo agravarán la crisis mundial. El Kremlin ha llamado a Ucrania a «aceptar la realidad» de que está perdiendo la guerra y a negociar.
Zelenski dijo el pasado lunes que no era momento de negociar con Rusia, que está llevando adelante una vasta ofensiva en el este de Ucrania en una región que busca conquistar y de la cual ya controla la mayor parte, lo cual le daría mucha ventaja en las conversaciones.
El mandatario ucraniano también instó a los líderes del G7 a hacer lo «máximo posible» para poner fin al conflicto antes de final de este año.
En respuesta, el vocero de Putin dijo este martes que Rusia aseguró que su ofensiva en Ucrania se detendrá cuando el Gobierno y el ejército ucranianos se rindan, informó la agencia de noticias AFP.
«La parte ucraniana puede poner fin (al conflicto) en el día de hoy. Hay que ordenar a las unidades nacionalistas que depongan las armas, hay que ordenar a los soldados ucranianos que depongan las armas y hay que aplicar todas las condiciones fijadas por Rusia. Entonces todo terminará en un día», dijo Dmitri Peskov a periodistas en Moscú.
El calentamiento global en agenda
Por fuera de la guerra en Ucrania, los líderes del G7 acordaron también crear un «club del clima» hacia fines de este año para permitir que los países que lo deseen se coordinen y aceleren los esfuerzos para enfrentar el calentamiento global, dijeron en la declaración conjunta final de la cumbre.
El club va a ser un foro intergubernamental con grandes ambiciones, indicó el G7.
«Invitamos a todos nuestros socios, especialmente a los principales emisores, los miembros del G20 y otras economías en desarrollo y emergentes a intensificar las discusiones y las consultas con nosotros», agregó la declaración.
Los países que integren el club tratarán de armonizar sus medidas de tal manera que sean comparables y evitar imponerse mutuamente tarifas a sus importaciones relativas al cuidado del clima.
En conferencia de prensa al término de la cumbre, Scholz dijo que la iniciativa busca «asegurar que proteger el clima es una ventaja competitiva, no una desventaja».