El presidente Trump finalmente ha dado a conocer su plan de aranceles globales, que establece una base arancelaria del 10% para todos los productos importados, con aumentos adicionales que al parecer se basan en el balance comercial que tenga cada país con Estados Unidos.
Especialistas en Economía como nuestro invitado, Richard Wolff, están advirtiendo que esta medida tendrá graves impactos económicos y afectarán el consumo de la población estadounidense y podría conducir a una recesión.
Wolff plantea que la estrategia arancelaria del Gobierno de Trump se basa en un “relato que, sin ningún tipo de sustento histórico, presenta a Estados Unidos como víctima” a pesar de que ha sido “uno de los países que más riqueza económica ha obtenido en los últimos 50 años, particularmente en lo que se refiere a las personas poderosas”.
Trump y sus aliados están “atacando a otros países” como forma de lidiar con el incremento de las fortunas económicas en el resto del mundo y el consecuente declive de la hegemonía estadounidense. Se trata de un acto desesperado y una negación a asumir el fin del dominio imperial estadounidense. “No va a funcionar”, dice Wolff.
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Transcripción
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AMY GOODMAN ENTREVISTA A RICHARD WOLFF
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.
Los mercados bursátiles mundiales están desplomándose después de que el presidente Trump diera a conocer el mayor aumento en los aranceles globales en la historia moderna de Estados Unidos, incluyendo un arancel general del 10% en todos los productos importados de unos 185 países. Además, muchos socios comerciales de EE.UU., incluidos la Unión Europea, China y Japón, recibirán aranceles aún más altos. China se enfrenta a unos aranceles totales del 54%. Trump anunció el plan durante un discurso en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.
- PRESIDENTE DONALD TRUMP: Compatriotas, este es el Día de la Liberación esperado durante mucho tiempo. El 2 de abril de 2025 será recordado para siempre como el día en que renació la industria estadounidense, el día en que se recuperó el destino de Estados Unidos y el día que comenzamos a hacer rico a Estados Unidos de nuevo. Vamos a hacerlo próspero, grande y rico.
- Durante décadas, nuestro país ha sido saqueado y despojado por naciones cercanas y lejanas, tanto amigas como enemigas. Los trabajadores estadounidenses del sector siderúrgico, del automotriz, del agrícola, así como artesanos cualificados —tenemos a muchos de ellos aquí hoy con nosotros— realmente sufrieron gravemente. Han visto con angustia cómo los líderes extranjeros nos han robado nuestros trabajos, tramposos extranjeros han saqueado nuestras fábricas, y carroñeros extranjeros han destrozado nuestro otrora hermoso sueño americano.
AMY GOODMAN: Se espera que los efectos de los aranceles de Trump se sientan en todo el mundo. Mientras Trump defiende que los aranceles fortalecerán la economía estadounidense, muchos economistas temen que podrían conducir a una recesión o algo peor. La guerra comercial de Trump también podría cambiar las alianzas globales a medida que los países buscan nuevos socios comerciales. China, Japón, Corea del Sur ya han anunciado planes para aumentar sus lazos comerciales y coordinar su respuesta a los aranceles de Trump.
Comenzamos el programa de hoy con Richard Wolff, profesor emérito de economía en la Universidad de Massachusetts en Amherst, profesor invitado en el Programa de Posgrado en Asuntos Internacionales en The New School. Wolff es el fundador de la organización Democracy at Work y presenta el programa semanal de televisión y radio de alcance nacional Economic Update, además de ser autor de varios libros, incluyendo los recientemente publicados “Understanding Capitalism” (Comprender el capitalismo) y “The Sickness Is the System: When Capitalism Fails to Save Us from Pandemics or Itself” (La enfermedad es el sistema: cuando el capitalismo no es capaz de salvarnos de pandemias ni de sí mismo).
Profesor Wolff, es un placer tenerle con nosotros de nuevo. Comience hablando de lo que está pasando, ¿lo sorprendió, lo escandalizó o se imaginaba que unos 185 países iban a ver un aumento en los aranceles?
RICHARD WOLFF: Por un lado, sabíamos que algo así se avecinaba. Por otra parte, la envergadura y el alcance de lo ocurrido le hace a uno detenerse a analizarlo. El Sr. Trump tiene razón: este es un momento de cambio en la historia de Estados Unidos y del mundo. Pero creo que su descripción de lo que está pasando es completamente fantasiosa y se trata solo de esta autopromoción en la que está enfrascado la mayor parte del tiempo. No fueron otros países quienes nos hicieron esto, con esta noción de Estados Unidos como víctima. Hemos sido uno de los mayores beneficiarios de los últimos 50 años de riqueza económica, especialmente la gente de arriba, como él. No tiene nada que ver con otros países aprovechándose de nosotros. Este intento de hacerse fuerte y poderoso en relación con los demás, de culpar al extranjero, son ataques sin fundamento que un verdadero presidente no haría.
Y ahí está el punto más importante. La economía estadounidense está en problemas. El imperio estadounidense está en declive. No queremos hablar sobre eso en este país. Estamos en un modo de negación. Y, en cambio, estamos atacando a otras personas, lo cual es una forma lamentable de manejar un declive. El Imperio británico tuvo su declive anteriormente. Igual que lo tuvieron todos los demás. Ahora estamos en ese punto. Tuvimos un gran siglo XX. El siglo XXI es diferente. Hay que enfrentarse a esos problemas. Y eso no se está haciendo. Lo que se está haciendo es decir que tenemos dificultades, pero que todo es culpa de otra gente, y lo vamos a resolver castigándolos.
Me gustaría señalar, como usted sugiere con toda razón, Amy, que el resto del mundo no se va a quedar sentado mirando. Estados Unidos no tiene el poder que tenía en el siglo XX. No está en la situación en la que parece creer estar. Cuando el secretario del Tesoro añadió a los comentarios del Sr. Trump su advertencia al resto del mundo sobre no tomar represalias, eso implicaría que si lo hacen, habría una escalada. “Sí”, dijo, “habrá una escalada”. Bueno, nada garantizará más escaladas que si no hacen nada, porque eso sería una invitación para que el Sr. Trump siga escalando la situación al ver cómo cada uno de estos intentos no funciona.
AMY GOODMAN: Dado lo dramático que esto fue ayer, ¿es posible que estuviera decidiendo esto hasta el último segundo, mientras posponen esto? Y explique exactamente… Usted es un profesor, un docente. La mayoría de las personas ni siquiera entienden cómo funcionan los aranceles.
RICHARD WOLFF: Un arancel es un impuesto. Es solo un impuesto particular que recibió ese nombre. Antes se llamaba derecho de importación. Todo lo que significa es que cuando algo llega a Estados Unidos que se produjo en el exterior y es traído para ser vendido, tiene que pagar un impuesto, literalmente mientras cruza nuestra frontera hacia nuestro país. Es pagado por la empresa estadounidense que lo trae, que pueden transferir eso al consumidor —que es lo que generalmente sucede— y el impuesto va al Tío Sam. Va a Washington. Al Sr. Trump le encantaba sugerir que los aranceles eran pagados por los demás, un poco como lo que decía de que México pagaría por el muro. Eso nunca sucedió. Y esto no va a suceder en este caso tampoco. Es un impuesto estadounidense.
Y hay algo notable que te da pistas de lo grande que es este cambio, que el Partido Republicano, que se ha autodenominado como el partido contrario a los impuestos durante un siglo, esté imponiendo ahora los mayores impuestos imaginables. ¿Por qué este cambio? Porque tenemos grandes problemas, y este tipo de bofetadas al resto del mundo es un intento de resolver algunos de esos problemas. Pero no va a funcionar, porque ya no tenemos el poder para hacerlo.
AMY GOODMAN: Quiero que veamos al presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, quien apoya la política de aranceles de Trump, diciendo la semana pasada: “Aplaudimos al Gobierno de Trump por dar el paso y poner fin al desastre del libre comercio que ha devastado a las comunidades de clase trabajadora durante décadas”. Fain habló el domingo en el programa Face the Nation de la cadena CBS.
- SHAWN FAIN: Hemos visto más de 90.000 fábricas irse de Estados Unidos. Hemos visto cómo los tres grandes de la automoción, solo en los últimos 20 años o algo más, han cerrado 65 plantas. Miren, las tarifas no son la solución total. Las tarifas son una herramienta en la caja de herramientas para que estas empresas hagan lo correcto. Y la intención detrás de esto es traer trabajos de vuelta aquí y, ya saben, invertir en los trabajadores estadounidenses… Si van a traer trabajos de vuelta aquí, necesitan ser trabajos que puedan sustentar una vida, en los que la gente puede tener un buen salario, un salario digno, tener atención médica adecuada y tener seguridad en su jubilación y no tener que trabajar siete días a la semana o tener varios trabajos solo para sobrevivir de cheque a cheque.
AMY GOODMAN: El presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, elogió los aranceles de Trump, pero también dijo que tenía grandes preocupaciones respecto a la decisión del presidente Trump de eliminar los contratos de 700.000 trabajadores federales, así como el despido de empleados del Instituto Nacional de Salud y otras agencias.
RICHARD WOLFF: Yo me sentí un poco decepcionado. Me gusta Shawn Fain, nos gusta a muchos de nosotros, pero fue decepcionante, que dijera, básicamente: “Voy a apoyar al presidente porque está haciendo algo que podría ayudar a mi sindicato”, aunque Shawn Fain sabe, como lo saben la mayoría de los economistas, que si impones un impuesto a los productos que ingresan al país, subirán los precios, porque nosotros tenemos que pagar ese impuesto ahora, y eso llevará a que los productores nacionales puedan aumentar sus precios porque sus competidores del extranjero están atrapados en este impuesto. Así que esperamos un aumento de la inflación, lo que afectará a la clase trabajadora de este país de una manera muy seria, especialmente si ese aumento se acumula, que es lo que a menudo sucede cuando se aplican aranceles como estos.
Y quiero recordarles a todos, incluyendo a Shawn Fain, que los trabajadores automotrices también representan a los trabajadores en lugares que necesitan mercados de exportación, que producen en Estados Unidos y venden en el extranjero. Cuando esos países tomen represalias, como probablemente lo hagan, perderemos mercados de exportación, y eso significará menos empleos. Y nadie, déjame enfatizar, nadie sabe ahora si la cantidad de trabajos perdidos por esta guerra comercial será mayor o menor a la cantidad de trabajos que se ganen. El Sr. Trump está tomando muchos riesgos. Y si la cosa no sale bien, será algo muy malo para la economía estadounidense. Producirá la recesión por la que la gente está preocupada, porque si los precios suben, la gente compra menos, y eso hace que se pierdan puestos de trabajo.
Cuando analizas todo esto, te das cuenta de que esto es algo increíblemente arriesgado, cuyo objetivo es culpar al mundo, castigar al mundo, y luego cruzar los dedos, que es lo que Trump está haciendo, y esperar que todo salga bien. Me recuerda a la metáfora del fútbol americano: Esto es como un pase de Ave María. Lo lanzas a través del campo de juego. Esperas que rebote y acabe en las manos de tu equipo. Pero eso es todo lo que es: un pase largo difícil de lograr con éxito. Y es una señal de los problemas de la economía estadounidense.
AMY GOODMAN: ¿Puede exponer esto en un panorama más amplio? Hable sobre los recortes de impuestos y sobre cómo encajan los aranceles con los alrededor de cuatro billones de dólares en recortes de impuestos y quién se beneficia. Y luego hable sobre estos otros asuntos, cosas que el presidente Trump sigue diciendo que no se verán afectadas, aunque Elon Musk, a quien muchos llaman su copresidente —ya sea que dé un paso al costado y deje de dar discursos o no—, ha atacado el Seguro Social y programas como Medicaid.
RICHARD WOLFF: Quiero comenzar con el tema tributario. Lo más significativo que Trump hizo en su primera presidencia fue el recorte de impuestos de diciembre de 2017. Y cuando ese recorte de impuestos se convirtió en ley, le pusieron fecha de vencimiento. Expira este año, 2025. Si se permite el vencimiento de esos recortes, las corporaciones y los ricos, que fueron los grandes beneficiarios en ese entonces, verán un gran [incremento] de impuestos. Él no quiere hacer eso, porque esa es su base y soporte en términos de donaciones. Él no quiere hacer que esos impuestos vuelvan a subir.
Entonces, ¿qué es lo que va a tener que hacer? Si sigue gastando y no deja que esos impuestos vuelvan a subir, va a tener que pedir billones de dólares prestados, como lo ha estado haciendo. Él no quiere ser el presidente que sigue pidiendo billones prestados, en parte porque el resto del mundo es un acreedor importante de Estados Unidos y no lo va a seguir siendo de la manera en que lo ha sido. Así que está en un aprieto. Tiene que hacer algo.
Y espera poder reducir drásticamente los gastos en el país. Miremos lo que está haciendo. El Sr. Musk aparece con una motosierra para implicar claramente: “Voy a resolver el problema a expensas de la clase trabajadora. Los voy a despedir a todos. No me importa lo que sufra el resto de la clase trabajadora. Voy a despedir a todas estas personas, sin previo aviso, sin un plan”. Llamar a esto “eficiencia” es una broma absurda. Un proceso eficiente requiere tiempo y expertos. Y no es lo que está haciendo. Solo despide gente indiscriminadamente. Llamar a eso “eficiencia” es un intento de engañar a la gente, eso no debería marcar ninguna diferencia.
El Sr. Trump ahora tiene un problema. No puede escapar de esto sin resolver de alguna manera el problema que se ha ido creando. Y no hay otra manera que lo que está haciendo, porque es la última opción que le queda para poder quitarle a la mayoría de la gente la capacidad de pedir préstamos. Seamos honestos. Si impones aranceles, haces que todo lo que se importa desde el extranjero sea más caro. Eso significa que la gente comprará menos. Reducirán su calidad de vida. Si las empresas estadounidenses aprovechan los aranceles, que es lo que siempre hacen, para aumentar sus precios, eso también afectará a la clase trabajadora. Estás empobreciendo a tus trabajadores con el fin de tratar de resolver el problema que no has resuelto antes.
Pero esta es la parte irónica que al final podría atormentarnos: Europa no ha podido unirse bajo el marco común de las alianzas con Estados Unidos. La hostilidad por parte de EE.UU. está haciendo que Europa se vea más unida que lo que esas alianzas fueron capaces de lograr. Y como usted señaló, y esto es muy importante, China, Japón y Corea del Sur, que tienen un largo historial de animosidad y tensiones, se están uniendo para hacer frente a esto. ¡Vaya! Estamos unificando el mundo entero.
Si quieren un panorama general de lo que digo, después de la Segunda Guerra Mundial, George Kennan nos enseñó sobre la contención: “Vamos a contener a la Unión Soviética”. Lo irónico de esto, y algo que el filósofo Hegel disfrutaría, es que estamos siendo contenidos. Nos estamos aislando, sea en la ONU cuando EE.UU. vota en solitario contra una resolución, o Estados Unidos e Israel y otros dos o tres países, o bien el aislamiento político y ahora el aislamiento económico. Para el resto del mundo somos un Estado canalla. Puede que no nos guste o que no estemos de acuerdo. Pero eso realmente no importa si así es como nos perciben. Y eso es lo que está pasando.
AMY GOODMAN: Usted habló sobre cómo Corea del Sur, Japón y China se están uniendo. Uno de los mayores anuncios en cuanto a los [aranceles] fue sobre Taiwán. Es un poco más complicado para Taiwán poder unirse a ese grupo.
RICHARD WOLFF: Y otro país también fue Vietnam, que recibió una imposición muy alta. ¿Acaso no son conscientes de lo que Estados Unidos le hizo a ese país? Tal vez uno no querría aplastarlos de tal forma después de eso. Como he dicho, esto es un cambio. Esta es una señal para el mundo de que a medida que el imperio de Estados Unidos está en declive, este es el tipo de cosas desagradables que va a hacer, actuando caótica y violentamente, causando daño en todas partes mientras hace frente a su propia decadencia.
AMY GOODMAN: El exministro de Finanzas de Grecia Yanis Varoufakis escribió recientemente un artículo titulado “Donald Trump’s economic masterplan” (El plan maestro económico de Donald Trump), en el cual escribe: “Esto es lo que sus críticos no entienden. Piensan erróneamente que [Trump] cree que sus aranceles reducirán el déficit comercial de Estados Unidos por sí solos. Él sabe que no será así. Su utilidad reside en su capacidad de conmocionar a los banqueros centrales extranjeros y hacer que reduzcan las tasas de interés nacionales. En consecuencia, el euro, el yen y el renminbi se debilitarán en relación con el dólar. Esto cancelará los incrementos en los precios de bienes importados a Estados Unidos, y no afectará los precios que los consumidores estadounidenses pagan. Los países afectados estarán, en efecto, pagando los aranceles de Trump”. ¿Está de acuerdo con eso, profesor Wolff?
RICHARD WOLFF: No, aunque Yanis y yo trabajamos mucho juntos, así que normalmente me remito a él. Es maravilloso en sus análisis. Pero no creo que esto sea correcto. ¿Es un resultado posible? Sí.
Estamos en una situación… Voy a decirlo de esta manera: los aranceles no son nuevos. Han existido durante cientos de años. Si enseñas una clase sobre economía internacional, lo cual he hecho, les dices a los estudiantes: “Aquí hay mil libros. Aquí hay 5.000 artículos. Lo sabemos”. Y la respuesta es, cuando se impone un arancel, no se sabe cuál será el resultado, porque depende de todo lo demás que está pasando, las tasas de interés, las tasas de cambio de divisas, economías emergentes o en decadencia en todo el mundo. No se puede saber de antemano. Es algo muy arriesgado. Es por eso que durante los últimos 50 años hemos tenido, bajo gestión estadounidense, algo llamado libre comercio o neoliberalismo o globalización.
Todo eso se acabó. Estados Unidos ya no puede imponerse en ese sistema, así que está regresando al nacionalismo económico. Y ese es un cambio fundamental que altera el orden mundial. Durante 50 años se aceptó el concepto, durante los últimos 50 años, de no hacer lo que el Sr. Trump está haciendo ahora. Si quieren, pueden creer que todos los que pensaron así durante 50 años estaban equivocados, y el Sr. Trump, el genio, está en lo correcto, pero eso sería una posibilidad remota. Lo más probable es que está tratando de salvar su propia vida política, y está tratando de hacer frente, por darle algún mérito, a una economía en declive sin tener que admitir que ese es el caso.
Esto no terminará bien. Normalmente no sucede. Y lo que vamos a ver será una lucha entre cada uno de los bloques, el bloque europeo, el bloque asiático, el bloque estadounidense, en un momento en que Estados Unidos es más débil de lo que ha sido económica y políticamente. Hay que ver la debacle en Ucrania, y la incapacidad de comprender que los rusos podrían recurrir a los chinos y los indios para hacer frente a los costos de esa guerra de una manera que no se había calculado y está terminando por dar forma al resultado. Y no es una cuestión de preguntarte de qué lado estás, el problema es la forma en que se está desarrollando.
AMY GOODMAN: Nos quedan 30 segundos. Como ha dicho a menudo, ¿usted ve esto como el principio del fin del imperio estadounidense?
RICHARD WOLFF: Sí, creo que ya llevamos 10 o 12 años de ese declive. Esta es la mejor estadística al respecto: si sumas el PIB, es decir, el valor total de bienes y servicios en un año para un país, de Estados Unidos y sus principales aliados, el G7, estamos hablando de un 28% de la producción mundial. Si haces lo mismo con China y los países del BRICS, es alrededor del 35%. Ya son un bloque de poder económico más grande que nosotros. Todos los países del mundo que quieren construir un ferrocarril o ampliar sus programas de salud, solían enviar a su gente a Washington o Londres para obtener ayuda. Todavía lo hacen. Pero cuando terminan, envían al mismo equipo a Beijing, Nueva Delhi, São Paulo, y a menudo obtienen una mejor oferta. El mundo está cambiando. Estados Unidos podría sobrellevarlo. Pero al igual que con el alcoholismo, tienes que admitir que tienes un problema antes de estar en posición de resolverlo. Tenemos un país que aún no quiere enfrentar lo que todo esto significa.
AMY GOODMAN: Richard Wolff, profesor emérito de economía de la Universidad de Massachusetts en Amherst, profesor invitado en el Programa de Posgrado en Asuntos Internacionales en The New School, aquí en Nueva York, fundador de la organización Democracy at Work y presentador de un programa semanal de televisión y radio llamado Economic Update. Entre sus libros se encuentra “Understanding Capitalism” (Comprender el capitalismo). Muchas gracias por estar en nuestro programa.
RICHARD WOLFF: Gracias, Amy.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Al regresar de la pausa, tendremos lo último sobre un tema que hemos estado siguiendo de cerca: los estudiantes judíos de la Universidad de Columbia que se encadenaron a las puertas de la institución. Quédense con nosotros.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.
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