El 59% de las lagunas de mayor tamaño del Espacio Natural de Doñana no se han inundado desde al menos 2013 y la situación de esa zona protegida es “crítica”, con lo que conviene reducir la cantidad que se extrae del acuífero y no, como pretenden el PP y Vox, amnistiar regadíos ilegales para cultivos.
El director de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, Eloy Revilla, hizo esas consideraciones este lunes al intervenir en un pleno extraordinario del Consejo de Participación de Doñana para analizar la proposición de ley presentada por el PP y Vox en el Parlamento de Andalucía que pretende regular las zonas de regadíos en las inmediaciones de Doñana y su repercusión sobre el estado de conservación del acuífero de Doñana.
“España está condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplir sus obligaciones derivadas de la Directiva Marco del Agua y de la Directiva Hábitat”, recordó Revilla. Según la sentencia, no se ha tenido en cuenta la extracción ilegal de agua para el cultivo y las extracciones de agua para abastecimiento urbano en la estimación de las extracciones totales de agua subterránea de la comarca de Doñana y no se ha previsto ninguna medida para evitar la alteración ocasionada por las extracciones de agua subterránea sobre los tipos de hábitats catalogados como prioritarios.
Revilla presentó algunos datos generados por la actividad científica de la Estación Biológica de Doñana, que arrojan resultados “desoladores” tanto en relación con el estado de las lagunas y otros hábitats del espacio natural como con la biodiversidad que depende de ellos.
Así, el deterioro del sistema de lagunas de Doñana es “generalizado”, según un último estudio publicado en la revista científica ‘Science of The Total Environment’. No en vano, se ha constatado que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana no se han inundado al menos desde 2013.
Estos cambios están relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, pero también con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y el funcionamiento del campo de golf.
Según los datos, el 80% de estas lagunas se secaron antes de lo esperado por la precipitación y la temperatura observadas y el 84% tuvo un área de inundación menor de lo que se había previsto en función de los mismos parámetros, lo que indica que la actividad humana altera el equilibrio natural de las lagunas.
“En sistemas mediterráneos, las sequías son recurrentes, pero cuando la sucesión de años sin inundación supera esta recurrencia, la vegetación propia de las lagunas desaparece y son colonizadas por vegetación terrestre, lo que termina con la desaparición completa de las lagunas y la pérdida de los hábitats catalogados por la Directiva”, explicó Revilla.
Esto es lo que ha ocurrido con un 19% de las lagunas muestreadas en el estudio, que ya han desaparecido por completo. Además, otro 19% tienen más de la mitad de su cubeta invadida por matorral y pinos, y solamente un 10%, principalmente localizadas en la vera, se mantienen en buen estado.
SIN LAGUNAS PERMANENTES
Por otra parte, las tres lagunas que funcionaban como permanentes -es decir, las que no se secaban en verano- han dejado de serlo. Por ejemplo, la de El Sopetón y la Dulce, que solo se secaban ocasionalmente, ahora se quedan sin agua con frecuencia.
La situación de Santa Olalla, la mayor laguna permanente de Doñana, ha sido extrema en el verano de 2022, cuando se secó completamente. “Esta laguna se secó parcialmente también en 1983 y 1995, en ambas ocasiones tras cuatro años seguidos de sequía. Actualmente estamos también en un periodo seco, pero Santa Olalla está mostrando valores mínimos de superficie inundada desde 2012, a pesar de que tanto 2010 como 2011 fueron años lluviosos”, indicó Revilla.
Esta situación está teniendo repercusiones sobre la fauna y la vegetación singular de Doñana. Al acortarse el periodo de inundación de las lagunas temporales, los anfibios han perdido gran parte de sus lugares de reproducción. Según los datos, la riqueza de especies de anfibios se ha reducido de una media de 4,3 especies por kilómetro cuadrado en 2003 a 2,5 por kilómetro cuadrado en 2021.
También preocupa la situación de las dos especies de galápagos autóctonas de la Península Ibérica, ambas incluidas en las listas rojas europeas, así como la de otros grupos como el de las libélulas y los caballitos del diablo. En 1959 se describieron 43 especies de estas últimas, mientras que en la última década tan sólo se observaron 26 especies y el año pasado tan solo 12.
Otros grupos gravemente amenazados por la pérdida de hábitats acuáticos es el de los peces, del que Doñana conserva especies amenazadas, como la colmejilla o la anguila. Por ejemplo, la desecación total de Santa Olalla en 2022 supuso la muerte de las anguilas que quedaban en esa última laguna permanente.
La situación crítica de estos hábitats también tiene repercusiones negativas para la conservación de plantas acuáticas, especialmente las asociadas a lagunas con un hidroperiodo largo, algunas de las cuales tienen una distribución muy restringida y están amenazadas.
Además de las lagunas temporales, la conservación de otros tipos de hábitats prioritario depende directamente de un acuífero en buen estado, como el monte negro. Por ejemplo, asociado al decaimiento y pérdida del monte negro dentro del Espacio Natural se está produciendo la defoliacion y muerte de numerosos árboles, incluyendo alcornoques multicentenarios, lo cual es un buen indicador de la excepcionalidad de la situación actual. Desde la última revisión realizada en 2010 han muerto un 8,3% de los alcornoques y un 10% se encuentra en muy mal estado.
PROPOSICIÓN DE LEY
Por otro lado, el cambio climático está cambiando los patrones de precipitación y estos cambios se van a intensificar en el futuro e indican una clara disminución del agua disponible. Sin embargo, la demanda del agua en la comarca de Doñana no ha dejado de aumentar. Por ejemplo, el regadío en la corona forestal pasó de 2.162 hectáreas en 2004 a 3.543 hectáreas en 2014, lo que supone un incremento del más de un 30% en apenas 10 años.
En relación a la proposición de ley presentada en el Parlamento de Andalucía, Revilla comentó: “La explotación actual del acuífero no es sostenible. Se está extrayendo más recurso del que se regenera anualmente mediante la recarga por precipitación, que es variable y decreciente, por lo que se está agotando este recurso natural”.
Además, señaló que la proliferación descontrolada de cultivos de regadío sin las correspondientes autorizaciones ha sido causada por un “claro fallo de gobernanza” por parte de las administraciones competentes. Para Revilla, hay una “clara falta de voluntad política” a la hora de solucionar el problema. “Esta inacción ejecutiva es la que nos ha llevado al insostenible punto crítico en el que se encuentra Doñana”, aseguró.
Según el director de la Estación Biológica de Doñana, la necesidad de proveer de agua a las explotaciones que carecen de proposición de ley, dificulta aún más la solución urgente del problema. “La situación actual de Doñana es crítica y no permite esperar otra década a que se tomen las decisiones que ajusten la demanda de agua a la disponibilidad.”, recalcó.
Revilla indicó al respecto: “La creación de falsas expectativas, que a priori sabemos no se pueden cumplir, no hace sino añadir complejidad al problema. Se utiliza una dialéctica infantil, de buenos y malos, que solo busca enfrentar a distintas partes de la sociedad, utilizando mensajes absurdos”.
PROPUESTAS
Por otra parte, Revilla dio algunas pautas para evitar que continúe la degradación de Doñana, espacio natural catalogado como Patrimonio de la Humanidad, entre ellas reducir de forma urgente la cantidad total de agua que se extrae del acuífero hasta unos niveles que permitan el inicio de su recuperación.
Actualizar el sistema de evaluación del estado del acuífero, realizar evaluaciones anuales de la disponibilidad del agua del acuífero para definir las cantidades máximas que se pueden extraer, reestablecer de forma urgente la gobernanza en la explotación y gestión del agua, y el suelo en Doñana y su comarca para que estén dentro de la legalidad vigente, y proteger a los agricultores legales frente a la pérdida de valor de marca de sus productos por la competencia desleal de los productores ilegales son otras propuestas.
“De nuestras decisiones depende el futuro de Doñana y su comarca, que, les recuerdo, no solo es un valor local o regional, sino que se trata de un patrimonio universal de toda la humanidad. Ustedes han de escoger cómo quieren pasar a la historia”, concluyó Revilla.
Sigue nuestras noticias