En una declaración institucional sin preguntas en el Palau de la Generalitat, Torra juzgó esa decisión propia de Estados totalitarios como China o Turquía y acusó a sus responsables de querer someter a los líderes independentistas a un “programa de reeducación” para convertirlos en “buenos y obedientes súbditos” de la monarquía española.
Recordó que el Gobierno se jactó de “controlar” la Fiscalía que ha impulsado ese recurso contra el tercer grado de los condenados y responsabilizó de lo ocurrido a los partidos que apoyan al PSOE, cuya voluntad de diálogo cuestionó.
"Esto no es justicia, sino venganza”, aseguró, al tiempo que lamentó y condenó lo que considera un “ataque” a demócratas catalanes que únicamente han defendido la democracia como representantes políticos y sociales de los ciudadanos por encima de la “imposición”.
Lejos de ser una “derrota”, concluyó, con este tipo de medidas “nos hacen más fuertes” y refuerzan las razones y la convicción de “prepararnos mejor” para seguir defendiendo sus convicciones y objetivos ante el Estado.
(SERVIMEDIA)

