En Balcarce 50 se nota cada vez más el vacío de poder. Ya no sólo porque casi todos los días laborales se ve el vacío en el estacionamiento interno del palacio que da a la explanada de Rivadavia, sino porque el propio presidente Alberto Fernández está poco en la Casa, y si lo hace, es para alguna actividad menor o para quedarse algunas horas en su despacho sin agenda pública.
El lunes, como se sabía, el Mandatario viajó a La Rioja con la excusa de recorrer obras viales, que incluso, fueron visitadas hace unas semanas por el propio ministro de Obras públicas, Gabriel Katopodis. En rigor de verdad, la excursión tuvo por finalidad capitalizar la reelección del gobernador peronista, Ricardo Quintela. Y así fue. En un acto con rueda de prensa incluida, el titular del Ejecutivo junto al ganador, destacó la victoria justicialista y reiteró sus críticas hacia el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei.
“Bajarse es irse a la casa, yo soy militante y presidente, mi mayor obligación es trabajar en los problemas que tiene la Argentina”, señaló Fernández, y explicó: “Si yo me encierro en una campaña iba a tener que dividir mi tiempo, y lo que quiero es que el Gobierno resuelva los problemas para que los argentinos voten al compañero o compañera que me suceda”.
También se refirió a la definición de candidaturas dentro del Frente de Todos, y otra vez se pronunció a favor de las PASO. “Mi tarea es mantener unido al peronismo y garantizar transparencia en ese proceso”.
Asimismo, calificó de “vergonzosa” la maniobra del presunto borrado de datos de un celular en un despacho atribuido a la cúpula del partido liderado por Mauricio Macri, y manifestó que “los que tienen que explicar” ese hecho, que se investiga en la causa por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, son la referente del PRO, Patricia Bullrich y el diputado de Juntos por el Cambio, Gerardo Milman.
Horas después, por si faltaba algún conflicto en el país, la Corte Suprema dio viabilidad a una cautelar que suspendió -a cinco días de realizarse- las elecciones en Tucumán y San Juan. La Casa Rosada y el peronismo, en todas sus variantes, salieron a repudiar la medida. Sin embargo, en las provincias afectadas se observó cautela desde el principio.
Finalizadas las consultas entre lo que queda del “albertismo” y el kirchnerismo, Presidencia de la Nación emitió un comunicado donde se postuló que “en una clara intromisión en el proceso democrático y la autonomía de las provincias, la Corte Suprema se alineó hoy con la oposición para anticiparse a lo que se preveía como posibles triunfos del peronismo en las provincias de San Juan y Tucumán el próximo domingo”.
En el texto, el jefe de Estado cuestionó en particular a su antecesor Mauricio Macri por hablar de manera “despectiva” sobre el interior. El líder del PRO se había referido a las provincias como “feudos” que “no son representativos” (tras las elecciones en Jujuy, La Rioja y Misiones). Fernández aseguró que esas declaraciones fueron “un anticipo del fallo”, y manifestó su apoyo a los gobernadores Juan Manzur y Sergio Uñac, al referir que “vamos acompañar a las provincias en sus reclamos democráticos”, calificando el fallo como un “nuevo atropello”.
En esa misma línea salió el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, quien tildó de “virtual intervención federal de dos provincias” la decisión de la CSJN, y expresó que “esta decisión arrasa las instituciones de la democracia”, considerándolo “un hecho de gravedad institucional”.
El funcionario aprovechó para recordar que los jueces de la Corte “enfrentan hoy un juicio político en el Congreso por las diversas irregularidades de enorme gravedad institucional”. A la vez, resaltó que dos de los cuatro jueces fueron designados por decreto por el expresidente Macri, violando la ley. De igual manera, denunció que ese mismo cuerpo judicial “avaló la persecución contra la vicepresidenta Cristina Kirchner”.
En el corte semanal del miércoles, Alberto F. redobló la apuesta contra el máximo tribunal y grabó por la mañana un mensaje que se transmitió en Cadena Nacional al mediodía. Allí reiteró gran parte de lo que se había dicho en el mensaje oficial. “La decisión es de dudosa legitimidad” suscribió, y acusó a la Corte Suprema de haberse convertido en el brazo operativo de la oposición y los grupos económicos y mediáticos concentrados, además de no respetar el régimen federal.
Pese a los cuestionamientos a la iniciativa jurídica, la misma fue vista por los más optimistas albertistas como la posibilidad de que Fernández retome algún tipo de protagonismo, ya que está absolutamente marginado de la mesa de definiciones políticas del oficialismo.
Por su parte, el massismo hizo una lectura parecida, al considerar que la cuestión quitaba el foco mediático sobre la grave crisis económica que atraviesa el país. En AmCham, la cámara que nuclea a las principales empresas norteamericanas en Argentina, el ministro de Economía, aseveró que no está a favor de una Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria, lo que inició especulaciones en torno a una estrategia para ir como candidato de consenso en el Justicialismo.
La situación produce suspicacias con respecto a los vínculos de Sergio Massa y el FMI, que sugieren la posibilidad de recibir respaldo monetario del organismo, siempre y cuando el jefe de Hacienda reciba el apoyo suficiente para ser un potencial presidenciable, especialmente por parte de CFK.
No faltaba mucho para que en otra actividad pública, el Ministro, virtualmente posicionado como precandidato, dijera a sus colegas: “No nos entra un quilombo más, necesitamos orden político para que haya orden económico”.
En el contexto de la trifulca entre poderes, Fernández siguió con sus desplazamientos al Conurbano con la finalidad de entregar pensiones por discapacidad en Berazategui, e ir a Escobar a entregar viviendas.
En los pagos de Ariel Sujarchuk, el Primer Mandatario declaró que “la inflación es un problema y tenemos que combatirla. Y para hacer eso no puedo ser candidato, tengo que ser presidente. Tengo que dedicar todo mi tiempo a eso”.
La portavoz Gabriela Cerruti, fue la encargada el día jueves en su conferencia de prensa, de potenciar la disputa que el Ejecutivo tiene con la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En esa dirección, puntualizó que el Poder Judicial se autogobierna e interviene en los otros poderes del Estado.
La funcionaria manifestó que el Gobierno no va a desalentar movilizaciones contra el tribunal supremo, y que eso no tiene ninguna implicancia sobre las instituciones. Con respecto a los aumentos que autoriza la administración central -y meten presión al IPC- expresó que son para cubrir costos de las empresas, asegurando que “van bastante por debajo de la inflación”.
Por la noche, Manzur llamó a una inesperada conferencia de prensa y anotició que se bajaba de la candidatura a vicegobernador. Uñac ya había dicho que respetaría el fallo -aunque no estuviera de acuerdo- y que esperaría la definición que tome el principal órgano judicial, más allá de que en ese distrito se elija, pese a todo, a legisladores, intendentes y concejales.
La pirotecnia de Casa de Gobierno y el cristinismo, quedó en falsa escuadra, aunque la senadora Kirchner decidiera reforzar la avanzada antisuprema con un tuit donde publicó que los jueces “hicieron la doble”; por un lado bloquear los comicios, y por el otro, ejecutar la “tapadera del escándalo de Rosatti y su enriquecimiento ilícito que estaba siendo denunciado por un funcionario de la Corte en la Comisión de Juicio Político, el mismo martes y a la misma hora que sacaban el fallo suspendiendo las elecciones provinciales». La jefa política del FdT, refrendó que: “Ahora ya no tienen excusas. Dejen votar a Tucumán. Dejen votar a los tucumanos y las tucumanas en paz YA”.
La agenda del viernes anunció que Fernández participaría de la esperada última soldadura del Gasoducto Néstor Kirchner en el kilómetro 232 de la traza en La Pampa, pero por videoconferencia, lo mismo haría Massa. La obra, tantas veces celebrada, no contaría con la presencia de ninguno de los dos altos funcionarios, algo que no dejó de llamar la atención a propios y extraños.
Para imponer temas antes del evento, el jefe de Estado otorgó una entrevista a un medio afín en la Residencia de Olivos. En la nota consignó, antes de que se conociera el número del INDEC, que el Índice de Precios al Consumidor de abril “no es lo que queremos” –otra vez parte de su equipo de comunicación se agarró la cabeza- y repitió que “hay una inflación autoconstruida, psicológica”. En la misma interviú, contrarió al ministro de Economía al sentenciar que “hoy en día el mejor mecanismo para preservar la unidad se llama PASO, eso es lo que yo creo”.
A las 16, finalmente se supo que la cifra inflacionaria del mes pasado trepó al 8,4 por ciento, lo que marca una cifra interanual de 108,8%, y un acumulado del 32%. El guarismo de la CABA había adelantado que los datos iban en alza, especialmente en materia de alimentos y bebidas, que a nivel nacional fue por arriba del 10%.
Frente a este cuadro, las intenciones y presiones internas para que Cristina Kirchner vaya como precandidata se agitarán en la movilización que el kirchnerismo va a capitanear el próximo 25 de mayo.
El único que desde ese sector se mostró, hasta ahora, a favor de las PASO fue Wado de Pedro, aunque en el Instituto Patria dejan entrever que la estrategia es mostrar un poco de pluralismo y no tanta verticalidad.
El fin de época se huele en las galerías, patios y pasillos de la Rosada, que es por estos días la contracara del Palacio de Hacienda. Por momentos, desde algunos despachos de la sede gubernamental hay reacciones espasmódicas de radicalización contra la oposición, el Poder Judicial, la prensa, y a veces, pequeños actos de rebeldía ante los ex socios cristinistas, quienes en realidad están diseñando cómo estará conformada la futura oposición.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento Nacional Argentino para P&M y Globatium.
