El dólar informal, pero el que se toma como referencia en el mercado interno argentino, volvió a tener este martes otra jornada con tendencia alcista en la city porteña y cerró con un incremento de 33 pesos. Con mayor crecimiento que el primer día de la semana, que fue de 20 pesos, alcanzó los $495, según el promedio que se hace de las denominadas cuevas que funcionan en diversos centros urbanos del país, inclusive, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Con este guarismo, el valor del billete verde se anotó un nuevo máximo histórico. Incluso la divisa llegó a tocar los $497, aunque para algunos, una serie de anuncios de Sergio Massa, lograron recortar levemente el incremento. De todos modos, sobre el final del día las casas de tipo de cambio en negro, no estaban vendiendo, y las que lo hacían no pedían menos de $500.
Mientras todo esto ocurría, Alberto Fernández recibía a su par rumano, Klaus Iohannis. Ambos mantuvieron una reunión bilateral, firmaron acuerdos conjuntos e hicieron una declaración conjunta ante la prensa en el Salón Blanco de Casa Rosada. En ese contexto, el mandatario local observaba con asombro cuando su homólogo afirmaba que pese a estar cerca de Ucrania y el conflicto bélico con Rusia, la economía de su país estaba en un buen momento.
La incomodidad del Presidente se debió a que la guerra es una de las tantas justificaciones que él y sus acólitos ponen ante la mala gestión de estos casi tres años y medio. Cuando llegó el turno de las preguntas de los periodistas acreditados en Casa Rosada, que ya habían sido ilegalmente advertidos de que no debían hacer preguntas «sobre el chiquitaje local, no hagamos papelones» (dijo la vocera de la portavoz Gabriela Cerruti), el colega, obviamente, hizo la pregunta que consideró apropiada al mandatario argentino y no acató ese ataque a la libertad de prensa. Sin temor ni dudas le preguntó a Fernández si era cierto que el FMI no adelantará dinero para ayudar a palear la crisis argentina, y también agregó otro interrogante, encaminado a saber por qué Miguel Ángel Pesce (Banco Central) fue ratificado en su cargo.
Con cara de pocos amigos, el titular del Ejecutivo expresó (mientras el dólar llegaba a los 495 pesos): «Que pregunta rara», y negó ambas cosas. Luego afirmó que la corrida bancaria es por culpa de los especuladores y operadores de la oposición, a los que calificó «de derecha». Las cronistas rumanas peguntaron a su presidente sin ningún problema y sin comentarios irónicos como respuesta.
Volviendo a las cotizaciones, los dólares financieros operaron con una fuerte tendencia alcista que duró toda la rueda, sin embargo, sobre el final, el gobierno decidió intervenirlos con fuerza para contener su cotización y conseguir que cierren con leves variaciones que no solucionan la crisis.
Desde los mercados manifestaron que la moneda estadounidense, denominada «blue» continúa en un canal de incremento, y que su próximo objetivo será encontrar los 500 pesos, alentado por el atraso cambiario, en particular por el stock de pesos que se emiten debido al dólar soja y por las flamantes restricciones del Banco Central para limitar la actividad en materia de importaciones que se deban abonar en dólares.
En el mercado bursátil, el dólar contado con liquidación (CCL) se negoció a $466,08, mientras que el MEP se ofreció en $447,50. En el mercado de divisas, el dólar minorista cerró hoy a $227,68 promedio, con un incremento de 74 centavos respecto de ayer. En el mercado mayorista, la moneda estadounidense finalizó con un incremento de 66 centavos respecto al cierre previo, en un promedio de $220,87.
Como dato relevante del día, el Banco Central concretó hoy compras por u$s41 millones y finalizó en verde por cuarta rueda consecutiva. De esta manera, en abril la autoridad monetaria acumula compras por u$s230 millones.
En medio de la corrida cambiaria que llevó al dólar blue a negociarse a casi $500, el ministro Massa, cuestionó hoy las «versiones», así como los «rumores» y «falsos informes» que impactan en los instrumentos financieros vinculados con el dólar, al tiempo que anunció que se va a cambiar la rediscusión del programa que Argentina mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En esa línea, el ministro aseguró que se va a «usar a la Justicia Penal económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF (Unidad de Información Financiera) y a la CNV (Comisión Nacional de Valores) para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero».
«Paralelamente vamos a seguir con los acuerdos de multilaterales, exportadores con transformación de exportaciones a yuanes y el acuerdo de desembolso con el FMI para refortalecer las reservas que por el impacto de la sequía se vieron perjudicadas», tuiteó el jefe de Hacienda.
Funcionarios del Palacio de Hacienda están mirando con preocupación algunos informes que les acercaron desde el sector agroexportador en los cuales se precisa que no estaría quedando mucho stock por liquidar para que ingrese moneda norteamericana.
La negativa de los productores a vender estaría radicada en que el precio percibido en dólares MEP cayó fuerte, reduciendo el poco atractivo que ya tenía el programa.