El coordinador federal de Izquierda Unida (IU) , Alberto Garzón, anunció este viernes, a través de una carta a la militancia, que abandonará la dirección de esta formación y la primera línea de la política.
Garzón, militante del PCE, economista de 38 años y que obtuvo su primer acta de diputado en las Cortes Generales en 2011 anuncia esta decisión después de que ayer difundiera en sus redes sociales un mensaje con claras connotaciones de despedida de su cargo como ministro: “Cerramos esta etapa en la que el Ministerio de Consumo ha llevado a cabo distintas medidas para proteger a las personas consumidoras”.
En su misiva, el ya exlíder de IU recuerda que ya hace meses anunció que no concurriría en las listas de Sumar a las elecciones generales y que sólo mantuvo su cargo orgánico por el horizonte electoral. «Con este cambio de fase quiero completar el paso al lado que anuncié en junio. Eso significa que no solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de Izquierda Unida».
«Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política», explica el dimisionario, sin precisar si la sincronización se emparenta con que, como ya informó Servimedia el pasado domingo, Izquierda Unida estaba negociando con Sumar un ministerio para la portavoz de su Ejecutiva, y de momento eurodiputada, Sira Rego. Al apartarse de la dirección de IU, Garzón evita una eventual bicefalia.
Por lo demás, Garzón recuerda sus inicios en política, que relacionó con la burbuja inmobiliaria, y aseguró que «ser coordinador vino de manera atropellada» y, una vrez en el cargo, reconoció que vivió «momentos muy difíciles» y «un inmenso aprieto, porque nuestra fuerza política encarnaba en gran medida los valores y principios que querían abrirse paso en nuestra sociedad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no éramos nosotros como fuerza política quienes rentabilizábamos electoralmente esas nuevas aspiraciones», en alusión al auge de Podemos.
«La situación siempre ha sido sumamente complicada», confesó, pero ahora se congratuló de que, tras tener que arreglar el barco a la vez que navegaba, «nuestra nave está prácticamente reparada y sigue navegando con soltura», porque «IU está hoy no sólo consolidada, sino que es una fuerza con un capital político imprescindible para el futuro de este país y «una herramienta fundamental para ensamblar nuestro tan complejo ecosistema de fuerzas de izquierdas».
Aquí lanzó un mensaje tanto a Sumar como a Podemos: «Ojalá todas estas fuerzas no olviden en lo venidero la importancia de una unidad bien construida. Y, a ser posible, tejida sobre la fraternidad y no sobre la simple y bruta correlación de fuerzas». Por lo que a él respecta, afirmó haber «intentado que los conflictos, consustanciales a la política, pudieran abordarse desde el diálogo y que, especialmente cuando las diferencias eran grandes, nunca se amenazara al proyecto político. IU había vivido en su historia demasiadas disputas fratricidas, y uno de mis objetivos ha sido siempre preservar la paz interna sobre la base del respeto mutuo».
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, publicó un mensaje en redes sociales tras anunciar él en ellas su dimisión: «Gracias, Alberto, por tu valía y tu generosidad. Has sido un gran compañero todos estos años y tu labor política nos ha hecho mejores. Te deseamos felicidad y acierto en tu próxima etapa». Garzón apostó desde el primer momento por el proyecto de Díaz, aunque hace dos meses recomendó que Sumar se construya como federación de partidos en igualdad de condiciones y no subordinados al Movimiento Sumar de Díaz.
Por su parte, el diputado del mismo grupo parlamentario Íñigo Errejón, en una entrevista en TVE recogida por Servimedia, afirmó que Garzón «ha hecho las cosas bien, ha sido siempre responsable», ha ejercido «un liderazgo generoso que ha buscado siempre incluir y ha buscado los acuerdos» y «siempre en todo ha tenido una actitud magnifica, responsable, de servicio publico y de servicio a la gente a la que se debía». Atestiguó que no le ha sorprendido su marcha, pues venía marcando ese rumbo, pero apostilló que «una persona comprometida con los ideales de transformación social no abandona nunca la política».
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