Se ha generado un conflicto periodístico este miércoles a partir del discurso de Javier Milei en la última reunión del Foro Económico Mundial, también conocido como Foro de Davos. ¿Cómo abordar el análisis de la presentación si el contenido de cada una de las 18 páginas que leyó en español produce una sensación de vergüenza ajena en aquellos que valoran el rigor analítico, histórico, filosófico, económico y político?
Igualmente, ciertas ideas expuestas por el líder de extrema derecha en su debut como mandatario de Argentina en un contexto global, constituyen la reproducción exacta de su conferencia en el evento TEDx de San Nicolás: la sonora supremacía del sistema capitalista, en noviembre de 2018.
La audiencia quedó sorprendida por las palabras de Milei. La admiración surgió porque, como si en el próximo encuentro con el Papa Francisco deseara enseñarle cómo llevar a cabo una misa en latín en el Vaticano, decidió ir a Davos para indicarles a los líderes del capitalismo global cómo ser capitalistas.
La contradicción respecto a cómo abordar la presentación en Davos surge debido a la sucesión de afirmaciones de Milei que chocan con la verdad histórica, aparte de emitir dictámenes absolutistas sin presentar ninguna bibliografía que los respalde. No obstante, resulta igualmente necesario el esfuerzo explicativo porque, según escribió el politólogo Sebastián Etchemendy en su cuenta de la red X (anteriormente Twitter), «resulta complicado debatir con la falta de conocimiento de la ultraderecha, pero no permitamos que prevalezca».
Las informaciones inexactas de Milei
En un salón con asistentes de la comunidad empresarial y política a nivel global, en una sala que no despertó gran entusiasmo y que contaba con una ocupación hasta la mitad, de acuerdo al reporte realizado por una reportera del periódico La Nación, Milei reiteró que Argentina fue líder global en sus inicios y que, al adoptar «el colectivismo durante los últimos cien años», descendió al puesto 140 a nivel mundial.
En continuidad con esto, se señaló que el equipo de Chequeado, una compañía asignada a verificar discursos políticos, examinó esta aseveración y determinó que «es incorrecta».
El informe precisa que, de acuerdo a los datos económicos de Maddison, Argentina inició el siglo XX en la posición 13 de 45 países y no en la primera. Además, en la actualidad se encuentra en la posición 30 y no en la 140. Esta es una falsedad repetida por Milei, pero pronunciarla como presidente frente al sistema político global tiene repercusiones más serias.
Según su cuenta en X, el politólogo Mario Riorda ha destacado que Milei establece la política económica «a partir de una frase: lo correcto y éticamente superior». Riorda afirma que el presidente presenta una argumentación engañosa y pre-científica ya que, desde su perspectiva, el marco teórico mundial es erróneo y todos los países occidentales se equivocaron excepto él y sus teóricos de extrema derecha.
En contra del movimiento feminista y de la emergencia climática se expresó Milei. Asimismo, aseguró que hay peligro en Occidente debido a que la mayoría de las propuestas políticas son diferentes formas de colectivismo, refiriéndose a agrupaciones de índole comunista, socialista, socialdemócrata, demócrata cristiano, neokeynesiano, progresista, populista, nacionalista o globalista.
Lo piensa y lo expresa con total seriedad Milei. La vergüenza ajena es lo menos relevante, aún siendo el presidente de Argentina y no un participante en un debate televisivo. Lo más preocupante es que él está persuadido de que el mundo opera como lo detalla, tanto en el pasado, como en el presente y en el futuro, y anima a edificar con el lema «¡Viva la libertad, carajo!».